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Cocó Cianciarulo. Generación fuerte, comprometida y apasionada

Empezó la aventura. A bordo de una Ford Ranger, ese miércoles de verano, bien temprano, agarramos la ruta y partimos rumbo a la costa. Buena música y el sonido del motor de la camioneta como únicos acompañantes. Nos esperaba Chapadmalal y Cocó Cianciarulo para vivir una jornada de trabajo, fotos y mucho, pero mucho disfrute. 

La primera parada fue la casa de esta joven surfista (Cocó Cianciarulo) que, con apenas 18 años, ya tiene un gran recorrido en su haber, muchos podios y casi su vida entera subida a una tabla. Un gran predio, muchas pequeñas casas y distintas mesas dispuestas por el jardín. 

Jenny, la mamá de Cocó Cianciarulo, fue quien muy amablemente nos recibió y nos invitó a pasar a la casa principal. Un sitio de color verde con caracoles colgantes. Un espacio en donde en cada detalle se respiraba mar, arena y olas. Fue ahí donde nos recibió la surfista para charlar sobre su vida, sus pasiones, sus motores. 

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“Antes de ser surfista, toda mi vida fui skater, competí en skate y hasta hoy sigue siendo otro deporte que amo”, decía Cocó. “Cuando tenía entre 8 o 9 años tuve una lesión muy fuerte con el skate, me quebré la tibia en diagonal”, se lamentaba. Eso la dejó fuera de esta disciplina y estuvo mucho tiempo sin poder hacer nada. “Fue un momento muy difícil, soy una persona muy activa, me gusta estar haciendo cosas, practicar deporte todo el día. Imaginate quedarme en la cama todo el tiempo con un yeso en toda la pierna. Tuve que hacer rehabilitación y volver a recuperar el músculo porque tenía la pierna flaquita” nos comentó Cocó Cianciarulo.

Además del skate, el surf era algo que le apasionaba ya en aquel momento y en lo que se refugió para seguir adelante. Cocó Cianciarulo.

“Yo surfeo desde los 5 años, pero en ese momento vivíamos en Buenos Aires. Todos los veranos veníamos a Mar del Plata y hacía clases de surf con mis hermanos”, contaba. “Siempre fui de hacer lo que hacían ellos: ellos tomaban clases y yo también quería, los admiraba mucho, de hecho gracias a ellos empecé a andar en skate a los 3 o 4 años” nos comentó Cocó Cianciarulo. 

En aquel momento, el médico con el que estaba haciendo la rehabilitación le dijo: “podes recuperar el músculo yendo a surfear, pero ni se te ocurra andar en skate ni hacer mucha fuerza”. Un antes y un después en la vida de Cocó. Su familia decidió ir a Brasil para que ella empiece a entrenar con quien hoy es su entrenador, Rubén Muñiz. “Entrenaba e iba a surfear todos los días a las 7 de la mañana, eso me cambió el chip en la cabeza” siguió comentando Cocó Cianciarulo.

Así comenzó el camino. “Volví y tuve mi primer campeonato, a los 11 años. Veía a todas las nenas surfeando y me volvía loca, imagínate, yo quería estar ahí. Ahí empezó todo, ahí empecé a dedicarme en serio”, recordaba Cocó Cianciarulo. Fuerza, compromiso y confianza para saber elegir qué es lo que quería en ese momento. 

Hoy su pasión por este deporte sigue intacta. En cada gesto, en cada palabra, se nota el esfuerzo que le pone a esto; la responsabilidad de representar a Argentina en el Surf y su ferviente deseo de seguir creciendo en el surf. 

Cocó se muestra  -y lo asume- “super segura” de sí misma, pero sabe que toda su vida va a seguir aprendiendo. “Siempre”, aclaraba. “Me siento super bien con los logros que he tenido, pero tengo la seguridad de que puedo lograr mucho más. El compromiso y la constancia la tengo. Amo surfear, es lo que me hace feliz. Cuando a una persona le gusta lo que hace y lo hace con pasión, puede llegar a cualquier lado, puede ir a donde quiera. La competencia no es fácil. A veces dudas de querer seguir o no, pero no hay nada más lindo que cuando te va bien en un torneo. Esa sensación de ganar es de las más lindas que he sentido en mi vida” nos comentó Cocó Cianciarulo.

Representar a la celeste y blanca es algo que “no tiene precio” para Cocó Cianciarulo. “Amo mi país con todo mi corazón asique siempre voy a darlo todo y dejarla bien en alto. Es una sensación única, algo que no sé cómo explicar”, expresaba. “Los mundiales que he ido a representar a Argentina con el seleccionado fueron increíbles. Poder vivir la experiencia de estar en el agua compitiendo y escuchar a tus compañeros cantando las canciones de Argentina, es una motivación muy linda y unos nervios terribles también. Es fuerte, pero es algo hermoso. Hay que disfrutarlo porque esa experiencia no se vive muchas veces” comentó Cocó Cianciarulo.

Un día en la vida de Cocó Cianciarulo dista mucho de lo que uno podría imaginar de cualquier joven a esa edad. Sin embargo, para ella es lo normal. No siente que haya tenido que dejar algo de lado. “Mi vida siempre se basó en ir a surfear, entrenar el físico, andar en skate” comentó Cocó Cianciarulo.

Sí es cierto que además del entrenamiento físico (Cocó se levanta a las 5 de la mañana para entrenar), hay mucha conducta en la alimentación. “Hay que cuidarse, comer bien. Soy vegana desde hace dos años y medio, eso me cambió la vida por completo”, contaba. “Antes de serlo ya era vegetariana. Mi papá y mis hermanos son veganos hace mucho tiempo así que ellos me motivaron. ¿Por qué decidí serlo? Le tengo mucho amor a los animales, eso sí te puedo decir, son todo para mí, me encantan. Y es una manera también de ayudar al planeta que está tan lastimado. Lo que más quiero es ayudar a los animales, al planeta, a todos. El veganismo es muy importante para mí. Mi cuerpo se siente bien y mi cabeza también”, destacaba.

La charla siguió, pero esta vez en los acantilados. Nos subimos a la Ranger y partimos rumbo a la playa para hacer fotos. En compañía de Sr. Flavio, su papá, Cocó llegó con su fiel compañera, la tabla. El atardecer parecía haber sido montado para nosotros. Con la fuerza del mar y la potencia de la Ford Ranger como escenografía.  

Tarea cumplida, volvimos a la casa invitados para disfrutar de buena música a cargo de los hermanos de Cocó. La música es otra de las grandes pasiones de esta familia. Flavio, también conocido como Sr. Flavio, es cantante, músico, compositor, escritor y productor de rock argentino, nada más y nada menos que uno de los miembros fundadores de Los Fabulosos Cadillacs, desde su formación en 1985.

“La música para mí es todo, no puedo estar un día sin escuchar música”, decía Cocó quien desde muy chica acompañaba a su papá a las giras que hacía con la banda. “Ver a mi papá en el escenario es una sensación que no puedo explicar. La música nos hace bien a todos. Ahora empecé un proyecto con mi papá y mis hermanos que se llama Lost Marplas. Hacemos música surf instrumental. El año pasado salí por primera vez a tocar al escenario y viví la experiencia que vive mi papá y mis hermanos. Es una locura, unos nervios y adrenalina hermosa”. Sobre el género, explicaba: “Ahora no se escucha mucho. Lo que nosotros hacemos a mi me encanta, lo escuchas y te dejas llevar. No hay voz ni nada, es todo instrumental pero bien prolijo, bien lindo, muy playero”.

Lost Marplas fue la banda que Ford eligió para el cierre de la travesía en el Ford Summer Energy de este año.

Como en todo lo que la apasiona, también a la música Cocó le puso horas y horas de ensayo. “Yo no sabía tocar el bajo, pero mi hermano me dijo ‘ponete las pilas que tenemos shows para las siguientes fechas’ así que me puse a practicar todo el día. Y como sé tocar la guitarra, no me costó tanto”.

Aquella noche el predio ya estaba preparado para lo que habitualmente hacen: suelen abrir las puertas de la casa para que las personas que conocen el lugar vayan a comer y a escuchar música en vivo. Los mismos hermanos cocinan, por lo general, comida vegana y arman las mesas en el medio del parque. 

Ahora sí iba culminando esta jornada, con la fuerza y el empuje como lema, Cocó está convencida de que “todos tenemos momentos malos y buenos, pero hay que ser guerrero siempre”, recalcaba. 

A lo largo de su carrera ha sido y sigue siendo clave el apoyo que recibe de las marcas. Ford, por ejemplo, sponsor de la ASA (Asociación Argentina de Surf), acompaña al Sr. Flavio, quien es embajador de la marca desde hace muchos años. Algo similar sucede con ella quien rescata de Ford valores como “la fuerza y el hecho de ir para adelante”, decía. 

Para ella, el vínculo con la marca nació en 2020, a través de su papá precisamente. “Compartimos un proyecto muy lindo que fue combinar el surf con el golf. El seleccionado de golf nos enseñó a hacer golf y nosotros les dimos clases de surf. Fue una combinación muy linda y marcó la diferencia con las demás marcas. Me encanta eso de Ford, que va para adelante creando acciones innovadoras, disruptivas”.

Está bueno que vaya creciendo el surf femenino argentino y las marcas ayudan mucho para que eso pase.

Sumado a ello, Cocó contaba que la ayuda mucho en la visibilidad. “Muestra lo que hago y así yo puedo motivar a nenas y chicas a que se animen a surfear o andar en skate. Está bueno que vaya creciendo el surf femenino argentino y las marcas ayudan mucho para que eso pase. El surf argentino necesita más nenas, más chicas y lo que más quiero es eso”.

Con la Ranger como testigo y aguardando para agarrar la ruta para volver a nuestra rutina, podemos decir que hemos disfrutado junto a ella de sus grandes pasiones. “Si las cosas no se disfrutan no valen la pena”, nos decía. Y cuánta razón tiene ¿no?

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