Elegante, preciso, con una estética fabulosamente pulcra y una paleta de colores vibrantes, Wes Anderson nos transporta a un universo donde los planos simétricos son ley, donde sus seres espaciales y especiales vagan por ciudades, desiertos y asteroides, tratando de sosegar sus traumas.
A propósito de Asteroid City, la último alucinación de Wes Anderson, es más que lícito hacer un recorrido de su obra meticulosamente madurada y diseñada, que revela historias tiernas, melancólicas y a su vez divertidas.
También la música juega un papel fundamental en sus películas enalteciendo cada escena; desde bandas como The Kinks hasta los Rolling Stones, la selección de canciones, siempre acorde a lo que se cuenta, complementan el (dis)funcional mundo.
El humor es inherente a su síntoma cinematográfico creando momentos absurdos y disparatados, ajenos a las reglas de la lógica y la coherencia.
Anderson nos narra cuentos de hadas modernos que reflexionan acerca de problemas modernos, existenciales.
En 1996 debuta con una dramedia indie, Bottle Rocket, también la incursión actoral en cine de Owen Wilson.
Aquí, tres amigos deciden embarcarse en una serie de robos de poca monta, en un intento de convertirse en grandes criminales.
Claro que es la antesala de un estilo visual característico, y de los temas recurrentes en sus futuros films, como la amistad, el sentido pertenencia y la búsqueda de identidad.
En Rushmore (1998), un adolescente superdotado y un empresario rivalizan por el amor de una maestra viuda.
La pasión de Max por la vida es contagiosa, deja su corazón y su alma en cada deseo, desde fundar clubes y montar obras de teatro, hasta perseguir el amor de la manera más peculiar.
La película es una carta de amor a los inadaptados, a los que se niegan a conformarse; una comedia emocional donde sobran los diálogos inteligentes.
En 2001, surge quizá su película más representativa, la que consolida su rasgo de autor: Los excéntricos Tenenbaums; en la que el padre de una familia disfuncional, reúne a todos sus hijos, alegando tener una enfermedad terminal, con la intención de reconciliarse con ellos.
A través de personajes difíciles se reconocen las consecuencias de la presión y las expectativas familiares, así como el impacto de lo sucedido en el pasado.
Wes, describe con detalle a cada miembro de la familia a través de una narrativa simbólica donde prevalece el absurdo, la ironía y una belleza melancólica pocas veces vista.
Otra rara avis del mundo cinematográfico es Vida Acuática (2004). Con Bill Murray (uno de los actores fetiches del director), interpretando a un reputado oceanógrafo que planea un viaje, con una tripulación de devotos muy peculiares, con el propósito de vengar la muerte de un colega bajo las fauces de un tiburón “jaguar” blanco.
Una historia que nos sumerge en el vasto mar de las emociones y experiencias humanas; en donde la realidad y la imaginación se fusionan a la perfección; en donde surgen temas como la pérdida, la redención, la fragilidad de los lazos humanos y el poder de los vínculos inesperados para sanar las heridas.
En 2009, se anima a la animación (valga la redundancia), con Fantástico Sr. Fox.
La película narra la historia de Mr. Fox (con la voz del tío George Clooney), un astuto zorro que, en su afán de mejorar la calidad de vida de su familia, comete robos degallinas, patos y pavos; por lo que un grupo de granjeros deciden cazarlo.
Desde el primer instante el relato nos envuelve en un mundo donde la naturaleza y la civilización coexisten en armonía.
Los personajes, animales antropomorfizados, nos remontan a relatos clásicos de la literatura infantil (de hecho, el film está basado en un famoso cuento infantil), así como su atmósfera lúdica.
Pero más allá de su aspecto visual y sonoro sublime, a través de la travesía de Mr. Fox, descubrimos la importancia de aceptarnos como somos y de luchar por nuestros sueños; y que, a veces, es necesario rebelarse contra las normas preestablecidas para encontrar nuestra verdadera esencia.
En la cálida penumbra de una noche estrellada, dos almas errantes se encuentran en un mundo donde la inocencia y la rebeldía se entrelazan en un abrazo etéreo.
Hablamos de Moonrise Kingdom (2012), una obra tierna, con diálogos melódicos, donde cada palabra es un acorde y cada silencio una nota suspendida en el aire.
En el centro de este relato se encuentran Sam y Suzy, dos adolescentes que han encontrado refugio entre las páginas de los libros y los acordes de un tocadiscos (estamos en los años 60´).
En un mundo adulto que les resulta ajeno y opresivo, su amor es como una flor silvestre en medio del asfalto.
Aquí el realizador deja un poco de lado su severidad estética para transmitir amor.
El Gran Hotel Budapest (2014). Un hotel majestuoso y decadente; un edificio situado en un idílico pueblo europeoes el epicentro de los hechos.
Un robo de un cuadro renacentista, una familia que disputa por una fortuna…
Salas llenas de riqueza y esplendornos transportan a una época pasada donde el lujo y la belleza eran apreciados.
El mayordomo Gustave, interpretado por un brillante Ralph Fiennes, es el corazón y alma del lugar donde se suceden un torbellino de aventuras.
La película recapacita sobre el poder y la corrupción,sobre la perdida de los ideales y la fragilidad de la existencia.
En un universo sinuoso donde la oscuridad se extiende como un manto, surge Isla de Perros (2018).
Una isla olvidada, sumida en el caos y el desorden, donde los perros desechados encuentran refugio.
Otra película de animación de Wes en la que dota de vida a caninos de pelo espinoso y ojos afligidos.
La valentía de un niño que se alza contra la corrienterescatando a su fiel compañero de cuatro patas, en esta isla donde la comunicación se pierde en el viento.
Un universo donde la belleza se encuentra en lo inhóspito, donde la valentía y el amor se enlazan atravesando prejuicios.
La crónica francesa (2021), sin dudas es una carta de amor al periodismo.
Desde los salones parisinos hasta las calles de Nueva York, The French Dispatch nos invita a ser testigos de sus columnas y secciones meticulosamente curadas que revelan el atributo mismo de la humanidad.
Las máquinas de escribir cantan su sinfonía, mientras los periodistas entregan susurros de realidad y también de desencanto.
El film es un tributo a la palabra escrita, un homenaje a los artistas que rompen las barreras de lo establecido, y a los lectores que encuentran en la lectura un refugio.
En los confines estelares, donde la ficción se tropieza con la realidad, se alza majestuosa Asteroid City (2023).
Personajes de una obra de teatro con alma inquieta; seres en trance que quieren sanar heridas.
Los aliens también se vinculan con estos humanos errantes atravesados por un multiverso de ficciones especulares.
Wes Anderson lo hace de nuevo, logra una obra única y reflexiva, sin descuidar su estética precisa y minuciosa en el detalle.
Sin descuidar la psicología de sus personajes, seres confundidosque a pesar de lasmanías solo intentan amar.