Colores vibrantes, arte holográfico, ropa elegante y paisajes alucinantes… esto es lo que muestra Zlu en sus redes sociales.
El primer modelo alien fruto de la AI que bajó de una galaxia fashion, y que también apoya la inclusión social.
La revolución digital constantemente genera nuevos y emocionantes conceptos, y los influencers virtuales no son la excepción.
Personajes generados por computadora, como es el caso de Zlu.

Personajes que ofrecen una nueva perspectiva al desafiar las normas de la publicidad tradicional y el marketing en redes sociales.
El auge de los influencers virtuales no es accidental, ya que poseen varios puntos a favor como estar disponibles 24/7, se pueden adaptar a la misión de una marca, a su vez que están protegidos de las controversias y los escándalos del mundo real, lo que garantiza que la imagen de la marca permanezca intacta.
Conociendo a Zlu
Zlu llamó la atención del público por primera vez a fines de 2022, cuando apareció en las redes sociales un video misterioso que mostraba a una criatura de otro mundo con una piel púrpura brillante, de constitución delgada y ojos grandes.
Muchos pensaron que se trataba de una broma o una campaña de marketing viral para una película o un videojuego.
Pero, a medida que aparecieron más videos y fotos de Zlu en las redes sociales, se afianzó su personaje que no tardó en generar empatía y sumar una constelación de seguidores.
Es que nuestro avatar manifiesta una personalidad curiosa, creativa, y tiene pasión por la moda, el arte y la música.
El contenido de sus redes es muy atrayente.
El canal de YouTube combina vlogs, tutoriales y actuaciones, que incluyen temas como la cocina extraterrestre, los viajes siderales y las relaciones entre aliens y humanos.
El feed de Instagram es una orgía visual de fotos y videos, a su vez que ofrece publicaciones patrocinadas para varias marcas y productos.
Uno de los aspectos más fascinantes de Zlu es cómo combina las culturas humana y alienígena.
Colabora con las marcas de moda dando cuenta cómo sus diseños se pueden adaptar a otro tipo de cuerpo.
Pero Zlu no es solo un ícono fashion, también difunde mensajes de amor y aceptación.
Suele abordar dilemas sociales y apoya la inclusión.
Les recuerda a sus seguidores que, independientemente de dónde procedemos, todos estamos conectados en el universo.
La popularidad de Zlu ha dado lugar a asociarse con las marcas más famosas, desde agencias de viajes, maquillaje, lentes, ropa deportiva, hasta una revista de moda como Vogue, su influencia no tiene límites.
Y los fans esperan ansiosos su contenido patrocinado, porque nuestro marciano suele hacer una performance para presentar los productos.
Como llenar de flores y piedras preciosas Champs-Élysées; cantar en el ala de un avión; o aparecer en un holograma junto a Chris Hemsworth, para publicitar una película.
Detrás de este avatar cósmico se encuentra la mano del arquitecto y diseñador francés, Ilian Gazut (que, paradójicamente, tiene muchísimos menos seguidores que su azulada creación).
Antecedentes
Antes de Zlu, ya hubo precursores generados por algoritmos que replican características físicas y estéticas de modelos reales.
En 2016, para una campaña, Louis Vuitton presentó a Lightning, la heroína de Final Fantasy, quien con su destreza (y armas), lució bolsos y ropa de la afamada marca.

«La realidad y la fantasía se vuelven una», tenía como lema la campaña.
Años más tardes, hace su aparición en las redes, Shudu, una modelo deslumbrante, elegante y exótica, creada por el fotógrafo británico Cameron-James Wilson, quien se inspiró en bellezas como AlekWek, Nyadak «Duckie» Thot y en una Barbie llamada Princesa de Sudáfrica, para revivirla en la pantalla.

Por ejemplo, nuestra chica de ébano, posó con un lápiz labial de Fenty Beauty, de Rihanna.
Otra virtual model que colabora con marcas como Prada, es Miquela Souza, más conocida como LilMiquela.

Una influencer virtual de 19 años que empatiza más con Zlu y Lightning, ya que su imagen no es tan realista como la de Shudu, sino que es parecida a la de un personaje de un videojuego.
Miquela, con look a lo princesa Leia, tiene un modo muy urbano y representa marcas como Proenza Schouler, Supreme, OpeningCeremony y Vêtements; también hace música.
Detrás de Miquela se encuentra Brud, la startup de inteligencia artificial dirigida por el DJ/artista/productor Trevor McFedries.
Pero la cosa no queda aquí, porque hace poco Levi Strauss & Co. anunció una asociación con la startup LaLaLand.ai; un estudio de moda digital que crea modelos generados por AI, hiperrealistas.
Según Levi’s, los modelos virtuales forman parte de su sitio web para crear “una experiencia de compra más inclusiva, personal y sostenible”.
Manifestaron que no se está reemplazando a los seres humanos, la idea es ayudar a la marca a representar todo tipo de tallas, tonos de piel y edades, para que los consumidores puedan ver un mismo producto en una variedad de modelos, desarrollando una experiencia de compra personal.
Una reflexión
Nuestras vidas están suspendidas entre el mundo real y el digital: vivimos nuestra existencia cotidiana interactuando con familiares y amigos, compañeros de trabajo y vecinos; pero también hemos creado alter egos digitales a través de los perfiles de nuestras redes sociales, espacio en que pasamos más tiempo vinculados con extraños que con afectos propios.
La virtualidad ha revolucionado la forma en que nos fusionamos con el mundo, por lo que es probable que se distorsione nuestra percepción de la realidad.
Al pasar tanto tiempo sumergidos en entornos virtuales, corremos el riesgo de perder el contacto con lo real y de acostumbrarnosa la estimulación digital, lo que puede afectar nuestra capacidad de interactuar y comunicarnos.
Los modelos de belleza inalcanzable se han vuelto omnipresentes y los influencers digitales han elevado la paradoja al infinito.
El problema no es que tengan medidas perfectas, sino es que no tengan imperfecciones.
¿Es factible encontrar un equilibrio entre la experiencia virtual y la experiencia práctica, y estar alerta a las implicancias éticas que puedan surgir?