Pepita dibujó siempre pero pensaba que necesitaba de un técnica perfecta para dedicarse a ello. Eligió estudiar en la UBA, seguido de eso ganó una beca y estando en Milán descubrió realmente a qué se quería dedicar. Fue gracias a las redes sociales que sintió el coraje para proponerse el dibujo como un ingreso económico. Hoy en día está haciendo un Máster en Comics en The Center Of Cartoon Studies en Vermount, Estados Unidos pero trabaja de manera freelance para revistas de Argentina, mientras prepara dos próximos libros.
¿Cómo llegó el dibujo a tu vida?
Desde que recuerdo siempre dibujé. Mi abuela siempre me llevó a museos desde muy chica, me pasaba a buscar por el colegio e íbamos a algún museo, como un paseo, no como obligación. Siempre estuve muy cerca del ambiente del arte, mi mamá es Historiadora del Arte, se dedicó a vender obras, entonces en mi casa había muchos libros de arte, de un modo muy naturalizado. A los 6 años le pedí a mi mamá si podía ir a un taller de pintura y fui hasta los 10. Luego hice cerámica y como a los 15 dejé de ir a taller, pero seguí siempre dibujando. Me gustaba copiar cosas en revistas de moda, pero cuando tuve que decidir qué estudiar, me parecía raro vivir de dibujar, no lo veía posible, no sentía que era tan buena como para vivir de esto. Me anoté en Diseño de Indumentaria en la UBA, donde lo que más me gustó durante la carrera fue dibujar, y la parte de plasmar la moda en dibujo.
Contame más sobre ese momento que tomaste la posta con la ilustración.
Terminé mi carrera en el 2009, y me gané una beca para estudiar fotografía en Milán, y más que nada lo que quería era ir a vivir afuera un tiempo como experiencia. Me fui sola a los 23 y ahí en la Universidad donde se estudiaba Fotografía había una carrera de Ilustración y me copaba mucho más lo que hacía la gente de esa carrera que la de foto. Fui a algunas clases de ilustración, y además me la pasaba dibujando en las clases de fotografía. Y después volví a Argentina y seguí dibujando en un diario que tenía y dibujaba todo el día. Ahí fue cuando mis amigos me sugirieron que los comparta en algún lado y lo subí a instagram, y entre mi crisis y ver que a la gente le gustaba lo que yo hacía, pude decidir que era esto en verdad lo que quería hacer.
¿Qué sentís respecto a etiqueta de influencer?
A mi mucho no me dicen influencer. Siempre digo que si no hubieran existido las redes sociales yo no estaría trabajando de esto, porque antes tenías que ir con una carpeta de dibujos a una editorial y ahora es al revés, mostras lo que haces y te llegan propuestas. En ese sentido a mi las redes sociales me sirven mucho, son una vidriera para mi. Me ayuda llegar a muchos puntos del mundo, pero también es un arma de doble filo estar todo el día metido en las redes sociales viendo que hacen los demás o qué te comentan a vos. Es un poco peligroso perder mucho el tiempo en las redes y es algo que intento controlarme. En cuanto a influencer, solo creo que está bien generar contenido si es lo que a uno le gusta hacer.
Muchas de tus historietas tienen un mensaje ¿Qué importancia le das a esto? Ya que puede ser constructivo o no.
Mi historietas y mi medio, que es el dibujo, es básicamente comunicar, todo el tiempo estoy comunicando algo, y eso lo tengo muy claro en los mensajes que quiero dar. Me considero feminista y estoy muy metida en las causas feministas, entonces más que nunca cada vez que escribo un chiste, lo releo y no quiero caer en estereotipos ni estar desentendida de cosas que me importan. Por ahí antes cuando empecé en el 2012, decía cosas que hoy no diría con respecto a mujeres, hoy estoy mucho más alerta. Sé que comunico todo el tiempo, y por eso temas como la Ley del aborto, me interesa mucho dar mi opinión. Comunicarlo porque es algo importante que está sucediendo, y sé que hay muchas mujeres que me siguen y ven lo que hago. Por eso me gusta desde mi lugar aunque sea poder aportar cosas a la causa.
Respecto a ilustración en general, es un estilo contemporáneo que sea más simple el dibujo y no esté el foco en la técnica ¿No?
Las mías en particular siempre fueron más simples, porque es algo rápido, un chiste, una observación sobre la vida cotidiana, con lo cual es un trazo más simple que la pintura hiperrealista. Creo que hoy en día nadie no sabe dibujar, cada uno dibuja como dibuja Me parece que es una herramienta más para entender lo que pasa alrededor; entiendo al mundo a través de mi mano. Lo que me preocupa lo paso por el tamiz de mi mano. Creo que hoy la mirada no está tan puesta en perfeccionar la técnica, sino que sea algo especial o único. Si bien está bueno, que más allá de cómo sea tu estilo, sea algo profesional, me parece que tiene otro encanto no hacer algo perfecto. No se si en algún momento pasó algo para que esto no importara tanto. Me parece que ahora la historieta o ilustración es un poco más libre que la clásica. Quizás pasó en los últimos años, que se permitieron más cosas, como un dibujo tachado, y hasta decisiones más descontracturadas todavía.
¿Qué hay detrás de tus ilustraciones?
En general hay un poco de cultura popular, cosas que me pasan durante el día, también hay algo de las que me preocupan, preguntas que me hago. Hay mucho de mi infancia y de nostalgia. Me interesa mucho mucho el cosmos, lo desconocido, la década y las películas de los ‘90. Básicamente es mi propia vida dibujada.
¿Qué te atrae de una ilustración?
Los colores. Para mi el color es muy importante. Hay trabajos que son blanco y negro pero siempre me atrajo mucho el color, las combinaciones. Desde que soy chica tengo un libro de Matisse que me regalaron que con el aprendí lo que es el color. Me gustan las ilustraciones que son muy personales, esas que las ves e identificás de quién es. En el dibujo en sí me gusta que no sea perfecto, que tenga algo medio infantil, perspectivas mal hechas o líneas que no sean perfectamente rectas.
¿Qué significado tiene el humor para vos?
Es una manera de no volverse loco. Tomarse las cosas con humor, positivamente. Especialmente ahora con las redes sociales, uno se puede terminar de volver un poco loco, por eso creo que una cuota de humor salva. Siempre me tomé la vida con mucho humor.
¿Qué te inspira?
Me inspiran las mujeres, el feminismo, mi infancia, la nostalgia, los museos, las películas, me gusta mucho el cine, trato de ir todas las semanas. La música también. Si estoy trabada me pongo a leer algo, salgo de la computadora y me voy a caminar. Cuando estaba en Buenos Aires trataba de ir todas las semanas a un museo, por más de que esté cinco minutos siento que te alimenta el cerebro. Un dibujante decía que todos los viernes se tomaba el día para alimentar sus ideas, hacía una cita con su propio artista. Eso me gusta, todas las semanas empaparme de otros artistas y ver obras para estar inspirada todo el tiempo. Más que nada porque es un trabajo muy solitario, entonces estás inmerso ahí y no salis, te quedas trabajando solo y eso hace que no tengas tanta influencia.
Fotos/Ilustraciones: @PepitaSandwich