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La creatividad no se jubila

Por qué la cultura es una herramienta de salud pública para las personas mayores.

Mi abuelo Luis, ingeniero y con una larguísima vida profesional encima, se anotó en la carrera de filosofía cerca de cumplir los 80 años.

Cuenta mi madre: “Papá llegaba muy temprano a Filo en la calle Charcas (ex Maternidad Pardo) porque sabía que el ascensor no funcionaba nunca y subía de a poco los 6 pisos”.

Recordé esta anécdota pensando en algo que vengo investigando: hay algo en la posibilidad de mantenerse vital hasta la edad más avanzada que parece clave para el desarrollo de nuestras sociedades a futuro.

Enrique Avogadro
Enrique Avogadro Foto Cortesía La Nación

Y la cultura y la creatividad son herramientas centrales en este debate.

En los últimos años, la evidencia científica confirmó algo que muchos intuíamos: la participación cultural mejora dramáticamente la vida de las personas mayores.

Coros comunitarios, visitas guiadas a museos, talleres de teatro y escritura, laboratorios de memoria con objetos del barrio… Todos estos programas muestran lo mismo: mejoran el ánimo, reducen la soledad, generan nuevas formas de pertenencia. Es, literalmente, una herramienta fenomenal de salud pública.

Varios países ya lo entendieron a escala. En el Reino Unido y en algunas ciudades de Asia vinculan el alta médica con actividades culturales, buscando así evitar el aislamiento (la soledad es una de las grandes amenazas para la salud mundial).

Otros países invierten fuerte para tener una infraestructura pública orientada a la población mayor que mezcla aprendizaje, ocio y cuidado.

Hay experiencias emocionantes en muchos museos pensadas especialmente para personas con deterioro cognitivo.

En todos los casos, la clave es la dignidad del diseño: tiempos amables, accesibilidad real, roles activos y una narrativa que reconoce a los mayores como productores de cultura.

En la misma línea, Carla, mi compañera, además de ser una música y actriz genial, lleva adelante un trabajo increíble como profesora de teatro para “jóvenes de la tercera edad”.

Ver sus muestras de fin de año -personas de 70, 80, incluso 90 años desplegando su talento y vitalidad en escena- es sencillamente conmovedor.

Hoy dedicamos Pulmón Creativo a pensar y compartir algunas iniciativas en torno a este tema.

Proyectos que entienden que la creatividad no envejece y que una sociedad que cuida y activa a sus mayores es simplemente una sociedad más sensible e inteligente.

¡Ojalá les guste!

Danzaterapia en México, con resultados probados científicamente

 

Herramientas Inspiradoras 

La cultura y las industrias creativas pueden tener un impacto transformador en la forma en la que vivimos nuestra edad avanzada. Acá comparto algunas experiencias internacionales para contagiarnos e inspirarnos.

1. Ikoino Saron: La cultura como antídoto al declive social y sanitario. El modelo japonés Ikoino Saron -reuniones comunitarias voluntarias con actividades de arte, música y conversación- es una política de prevención masiva que integró la cultura en el cuidado.

Why Japanese Live So Long ☆ ONLY in JAPAN - YouTube

Resultado: una reducción del 50% en la necesidad de cuidados a largo plazo y a una disminución de un tercio en el riesgo de demencia. El programa demuestra que la solución al envejecimiento pasa por construir una infraestructura cultural que promueva la dignidad y la pertenencia, siendo más efectiva y accesible que la atención clínica centrada solo en el riesgo.

 

2. SESC Brasil: arte, cultura y longevidad a escala nacional. El programa Maturidade Ativa del SESC en Brasil es un referente continental con más de 20 años y 52.000 participantes.

Maturidade Ativa - SESC-RS

Su éxito radica en el uso de la cultura y el arte (coros, teatro, danza, talleres de memoria) como estrategia central para el envejecimiento activo, promoviendo la convivencia, la autonomía y el protagonismo social de los mayores.


3. MALBA: El museo como activador de memorias y patrimonio subjetivo.
 El programa Palabras Mayores del MALBA (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires), activo desde 2004, ofrece visitas gratuitas a grupos de adultos mayores, con un enfoque en la memoria personal y subjetiva.

Las obras son seleccionadas por su cercanía al contexto sociohistórico de los participantes, funcionando como un detonante de relatos de vida y reflexiones compartidas.

Este modelo no solo enriquece la experiencia del visitante, sino que reconoce el valor de los saberes de los mayores como un aporte al patrimonio intangible de la comunidad.  

 

4. Bogotá: Del beneficiario al protagonista cultural. El Programa Distrital de Estímulos (PDE) de Bogotá ejemplifica un cambio de paradigma: reconocer a las personas mayores de 60 años como agentes culturales activos, no como receptores de asistencia.

El Portafolio de Estímulos 2025 del IDPC le apuesta al reconocimiento y a la democratización del patrimonio cultural - Instituto Distrital de Patrimonio Cultural febrero 19, 2025

Mediante convocatorias específicas, la administración otorga estímulos para que los mayores diseñen y ejecuten sus propias propuestas artísticas, patrimoniales o comunitarias.

 

5. NSW Creative Ageing Framework: el arte como política de estado para la longevidad. El Gobierno de New South Wales (Australia) desarrolló una hoja de ruta estratégica para integrar la creatividad en las políticas de envejecimiento.

Creative Ageing Therapy

Este marco define la “creative ageing” como el uso de actividades artísticas y culturales para fortalecer la imaginación, el aprendizaje y la conexión social.

La clave de este modelo es su enfoque multisectorial: impulsa la colaboración entre el gobierno, el sector cultural, los servicios de salud y cuidado.

 

6. Coros comunitarios: La evidencia de que la música reduce la soledad. Un estudio científico comprobó que la participación en coros comunitarios para adultos mayores de 60 años reduce la soledad en un 34% y aumenta el interés por la vida.

El programa Community of Voices, que es gratuito y con un manual de replicación disponible, enfatiza que el beneficio de la música coral es psicosocial, creando un sentido de pertenencia, fortaleciendo la identidad y reduciendo el aislamiento.

 

El caso de la semana 

El Modelo Báltico: Recetar cultura para combatir la soledad

La Prescripción Social es la gran palanca para integrar la cultura en los sistemas de salud, y en el Norte de Europa están probando un modelo que podría ser un mapa para América Latina.

In the picture, a person is lying on a painted floor.

El proyecto Arts on Prescription in the Baltic Sea Region, liderado por Dinamarca y apoyado por la Unión Europea, ha desarrollado el Modelo Báltico, un marco estandarizado y replicable para “recetar” arte a pacientes con ansiedad, estrés, depresión leve o soledad.

La clave del modelo es su diseño. No es una terapia clínica, sino una intervención de salud mental preventiva con un enfoque comunitario y participativo.

Arts on Prescription [BROCHURE]

Los médicos o servicios sociales derivan a los pacientes a ciclos de 8 a 12 semanas de actividades artísticas grupales (pintura, música, danza, escritura creativa).

Estos son “espacios libres de diagnóstico” (diagnosis-free spaces), donde la participación es voluntaria y gratuita o de bajo costo.

El equipo incluye “link workers” (coordinadores de vínculo social) y artistas culturales formados y remunerados, asegurando que la calidad del programa no se sacrifique.

Actualmente, los pilotos se están probando en siete países, desde Alemania hasta Finlandia, con el objetivo de integrar esta herramienta en las políticas públicas de salud y cultura a largo plazo.

El Modelo Báltico nos enseña que el camino para escalar la “creatividad que cura” es a través de la institucionalización, estandarización y una colaboración pública real y presupuestada.

 

Consultorio Creativo 
Cuatro lecciones del envejecimiento creativo para pensar transformaciones en otros contextos

  1. Dejar de medir el “déficit” y medir el “propósito”: El valor de un equipo o una comunidad no está en lo que le falta (la memoria, la velocidad), sino en el capital cultural y la experiencia acumulada. Es clave incorporar métricas que midan el sentido de propósito y la satisfacción, más allá de la eficiencia.
  2. Activar el Capital Invisible (Senior Power): Los adultos mayores son un recurso, no una carga. Programas como el SESC de Brasil invierten en los mayores como agentes culturales activos. Para traducir esto a una empresa: crear programas formales de mentoría inversa o consultoría ad honorem que integren la sabiduría senior a la innovación joven, asegurando la transferencia de ese conocimiento especializado.
  3. Diseñar Experiencias “libres de diagnóstico”: El éxito del Modelo Báltico de prescripción social es que crea espacios libres de juicio. Cuando el arte se desvincula de la clínica, florece la creatividad. La oficina, un evento o un proyecto deben ser un “espacio sin diagnósticos”, donde la gente se conecte por el placer de hacer, no por la obligación del rol.
  4. Invertir en “Infraestructura Social”: El valor de los coros comunitarios o los Ikoino Saron no está en el equipo, sino en la cohesión social que generan. La salud cívica es un activo. ¿Cómo pueden las empresas invertir en la infraestructura social de un barrio (una plaza, un club, un centro cultural) para generar capital social duradero?

 

Por Enrique Avogadro para Pulmón Creativo – El Newsletter republicado por Revista G7 bajo autorización de Enrique Avogadro y Pulmón Creativo .

En Pulmón Creativo, nuestro Laboratorio de Innovación, transformamos los desafíos sociales en estrategias de valor para empresas y territorios.
pulmoncreativo.com

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