spot_img

Últimas 7 notas

Barbi Recanati. La música a pesar de todo

Llegué una hora más temprano, toqué timbre y ella no se hizo esperar. Estaba ansiosa por esta entrevista, por estar cara a cara con la front-girl superpoderosa de la banda garage Utopians, la plantada, la que te recuerda a tipas como Joan Jett o Patti Smith, la hija del rigor. Y de repente, ahí estaba, Bárbara Recanati me abría la puerta riendo de mi llegada tempranera. Pasillito, estudio de grabación y al fondo una especie de living donde, imagino, los Utopians -Barbi Recanati en voz y guitarra, Gus Fiocchi en guitarra, Mario en bajo y Tomás Molina Lera en batería- se pasarán días tardes y noches. Mientras Barbi ponía el agua para el mate “relojié” el lugar: un gran estante con estuches de guitarras, una abultada colección de revistas de rock, libros de Dylan y Nirvana, uno perdido entre el tumulto sobre cine de terror y otro que capturaba mi atención, “Punk Pioners”. Pensé: “Si Jenny Lens la hubiera conocido sin dudas estaría inmortalizada en su lente”, mientras mi cabeza volaba imaginando a Barbi retratada por Lens un gato gordo con actitud de perro super amigable me venía a saludar. Ella apareció con el mate y pronto estuvimos paseando por los comienzos de Utopians hasta su último disco, “Todos nuestros átomos” -durante el “viaje” flashee con las fotos con Shirley Manson que colgaban en la heladera-, no puedo dejar de mencionar que durante la entrevista nos acompañó Juan Pedro -su hijo- que se portó como un mini campeón y me hipnotizó con su mega simpatía.

¿Cómo se gestó Utopians? Ensayaban en una fábrica abandonada…
Antes de Utopians, yo empecé a hacer música a los 13 años con el hoy ex baterista de la banda, Larry Fuss, su papá laburaba en una fábrica que estaba cerrada y en desuso, entonces nos dejaron usar una parte del lugar para ensayar, era una locura porque teníamos lo que cualquier chico soñaba: un lugar enorme solo para nosotros y para ensayar las 24 hs del día. Con el tiempo empezamos a tomarnos muy en serio la música, porque a veces lo más difícil de tener una banda es ensayar y encontrar tu lugar. Me acuerdo que lo primero que hicimos fue tratar de conseguir instrumentos “como podíamos”, la batería estaba armada con cinta scotch y durante años mi guitarra fue una Ranger que en ese momento me había costado 100 dólares con el amplificador incluido.

¿Cómo se dieron cuenta de que querían empezar a tocar y dedicarse a la música?
Cuando era muy chica -8 o 9 años- me fascinaba una película de dibujitos animados que se llamaba “American Pop” sobre la creación de la música popular de Estados Unidos a través de una familia y, hay una parte de la película donde aparece Jefferson Airplane junto a la voz de la banda, una mujer, cantando Somebody to Love, automáticamente los ojos se me pusieron lisérgicos y a partir de ese momento lo único que me entró en la cabeza fué tener una banda de rock y nunca más se me pasó. La sensación que tenía a los 9 años es la misma que tengo ahora, era un deseo adrenalínico, lo único que pensaba era tener una banda de rock y hacer eso toda la vida.

No es muy comùn que desde tan chica te hayas interesado por la música antes que por otras cosas propias de la edad…
No, de hecho no tengo a nadie en mi familia vinculado con la música, si tengo hermanos mas grandes y recuerdo cuando era chica que uno de mis hermanos pasó por una etapa punk adolescente que le duró un corto tiempo pero, sin darse cuenta esa fase suya a mi me cambió la vida porque en los 90 yo tenía en mi cuarto posters de Pantera y discos de Iggy Pop y The Clash, entonces me generó un ADN inevitable, el siguió con su vida, se dedicó a la Administración de empresas y yo me “enfermé”, de hecho esos discos todavía son mi pilar. Desde chica siempre tuve muy claro el tema de formar una banda y desde ese momento me subí a una moto, la puse en 120, le dí para adelante y nunca paré. Me acuerdo que antes que entrara Gus a la banda, durante dos años, pasamos por otros guitarristas y todos se fueron por la misma razón: porque era muy exigente el ritmo y ¡ni existíamos!, teníamos apenas seis shows encima y sólo para nuestra familia y amigos pero ensayabamos 3 0 4 veces por semana que, para un adolescente, era mucho. Toda mi vida giraba en torno a eso, los ensayos eran super importantes y lo único que pensábamos era en ser buenos músicos y crecer como banda.Con los años eso se relajó mucho por suerte -risas- pero en ese momento lo que logramos como banda es que el grupo de músicos siempre tengan muchas ganas de vivir de la música. Quienes estamos en Utopians vivimos de la música, es nuestra profesión.

Lo difícil de tener una banda es sostenerla, ¿no?
Muy difícil. Lo que nos ayudó como banda fue que desde el principio yo tenia el “cassette” que esto era muy serio, incluso para mi familia y quienes me rodeaban. Hace dos años, en 2015, casi nos separamos porque uno va creciendo y de repente tenés ganas de armar una familia y quizá no todos tienen las mismas ganas de salir de gira y volver con “una mano atrás y otra adelante”, no tener un trabajo que genere comodidades o no poder irte de vacaciones. De hecho, durante esa etapa se incorporó a la batería Tomás Molina Lera y ese fue el único cambio que tuvimos en Utopians. Entonces, no es fácil sostenerla y a veces tenes que replantearte si seguir adelante o no, nosotros por suerte supimos seguir y después nos encontramos en una nueva etapa: -que creo es la mejor que tuvimos hasta ahora- formar una familia juntos. Nos fuimos de gira por todo el país -algo que queríamos hacer desde que comenzamos- con disco nuevo, “Todos nuestros átomos”. Pasamos de estar a punto de separarnos a triplicar la apuesta, la pregunta que nos hicimos fue: “hacemos esto hace diez años, ¿somos felices?” y nos dimos cuenta que sí, somos felices de esta manera y no necesitamos mucho más que esto. La banda además dió un giro grande con este nuevo disco.

Durante esa gira además supiste de tu embarazo, ¿cómo fue eso?
Me enteré que estaba embarazada estando de gira y cuando volvimos enseguida nos fuimos a hacer otra igual ya con mi panza de 5-6 meses. Seguimos tocando a full hasta los 7 meses y medio de mi embarazo. Justo ayer nos reíamos porque nos acordábamos que en los shows siempre soy de tirarme al piso, hacer mosh y saltar mucho, en vivo soy muy eléctrica y de repente me enteré que estaba embarazada cuando estábamos en Chaco y al salir a tocar no se me movían los pies del piso, nadie entendía porque, fue muy gracioso porque el día anterior ya había estado tocando como una loca sin saber de mi embarazo.

Volviendo este giro que tomó la banda, ¿qué tiene “Todos nuestros átomos” que no tienen sus discos anteriores?
Creo que la diferencia más grande que tuvo a los anteriores es que, tal vez, es el disco más honesto que tuvimos. Estuvimos muchos más meses que otros discos, nos juntamos y no hubo ninguna pauta, ninguna referencia ni charla, lo único que hicimos fue tocar y tocar. No nos importó tanto si hacíamos una canción con el estilo de un vals u otra más hardcore, no buscamos un concepto ni un sonido, solo nos dedicamos a componer todo lo que teníamos ganas y no frenarnos mutuamente hasta que, en cierto momento, juntamos todo lo que teníamos y llamamos a Jimmy Ripp -productor del disco- y le preguntamos ¿qué hacemos con esto? De ahí salió “Todos nuestros átomos”, jamás se pensó una canción para el disco, esa fue la diferencia más grande con los anteriores. Los meses de composición de este disco los recuerdo como los más lindos, nos juntábamos desde la mañana temprano hasta la noche, había días que estaba tan lindo que nos quedábamos en la vereda tomando mate y ese día no se ensayaba, esa falta de presión hizo que podamos hacerlo de esta manera.
Nos llevó diez años encontrarnos en este lugar, un lugar de comodidad, es decir, “acá estoy super bien y no tengo necesidad de ir hacia ningún lado, quiero disfrutar este momento”, así fue y por eso se llama “Todos nuestros átomos”, porque lo que se sintió en este disco fue que ahí estaba todo lo que teníamos, la mejor parte de los cuatro y nuestro mejor momento.

¿Y dónde “dolió”, metafóricamente hablando, este disco?
Fue el disco donde más aprendimos y tuvimos que dejar de lado nuestros egos, tuvieron mucho que ver Alvaro Villagra y Jimmy Ripp, ambas personas de mucha experiencia y además nos era muy difícil contrariarlos y en un cierto momento dijimos “hicimos las cosas de una manera durante muchos años, ahora está bien soltar un poco ¿no?” Nosotros además somos el tipo de banda que queremos que cada disco sea bien diferente, entonces ¿por qué no cambiar nuestra actitud también frente a nuestras canciones?. A veces uno, como músico, se cela mucho de sus canciones, pero decidimos desprendernos de eso aunque nos costó mucho, muchas veces me fui del estudio enojada porque no todas las cosas se hacían como yo quería, pero cuando el disco quedó terminado agradecí muchísimo el haber accedido a esos cambios y me arrepentí de no haber accedido a otros. Recuerdo que Jimmy me dijo “elegí muy bien que batalla querés pelear conmigo”, en ese sentido fue “el dolor”, dolor del crecimiento en realidad.

Cuando arrancó Utopians todas las canciones eran en inglés y a partir de “Allá Voy” se notó un quiebre en ese sentido…
Somos una banda a la que nos gusta mucho la estética pero jamás la pensamos, es todo muy circunstancial. “Allá voy” se hizo y quedó en el disco porque la realidad era que faltaban canciones y no nos quedó otra que meterla, después la terminamos tocando en vivo porque escuchábamos que la gente la pedía en los shows pero jamás pensamos que la íbamos a tocar, estábamos negados con la canción y fue casi una imposición en Utopians, la tirábamos afuera y volvía…Sin embargo, la primera vez que la tocamos en vivo me cambió la vida, me generó un quiebre interno muy grande, fue la primera vez que entendí lo que me generaba realmente que el público conecte conmigo, antes subestimaba mucho eso. Yo defiendo que el músico cante de la manera que se le dá la gana, en inglés o castellano pero lo importante es ser honesto, en mi caso particular, cuando canté por primera vez en español conecte con el público de una manera en la que después no quise volver atrás.

¿Y por qué elegiste el inglés en los orígenes de la banda?
Porque la música que escuchaba era en inglés, para mí en ese momento la música era 90% sonora, hoy las palabras que digo en las canciones son igual de importantes que la melodía, entonces, hoy el idioma me importa, uno crece y las palabras van importando cada vez más, el contenido importa más.

Hablando del mensaje, sos una persona multifacética: escribís columnas en un medio, estuviste en radio Vorterix como invitada y además estás dentro del ranking de mejores guitarristas de la R.S…¿cómo te llevás con eso?
En cuanto a la radio, en realidad me invitaron a conducir un dia al programa de Sebastián De Caro en Vorterix y fuimos de invitadas con Malena Pichot. Con respecto al ranking de la R.S, nosotros tenemos un chiste interno con Utopians, la verdad es que Gus me pasa el trapo con la guitarra de forma abismal y él no está en el ranking, ese es nuestro chiste porque es él quien me enseña, quien me afina la guitarra…Cuando me llamaron para formar parte del ranking yo lo tomé como una broma, después me explicaron que no solo se elige a alguien por lo bien que toca sino por cierta manera particular de tocar, eso es cierto pero insisto en que Gus tendría que estar en ese ranking -risas-

En un momento dijiste que ver a Patti Smith en vivo fue un antes y un después, aunque sea un cliché preguntarte ¿creés que le cuesta a veces a la mujer hacerse lugar en la música?
Patti Smith me marcó en muchos aspectos, la ví cuatro veces en vivo y fue un viaje interno importante, tiene algo admirable que muy pocos artistas logran y me ayudó en lo personal a ir por ese camino: subir al escenario “despojado”, hay diferentes maneras de dar un show, por ejemplo yo soy fanática de Bowie y él era una “diva” al subirse a un escenario. Pero Patti Smith como Iggy Pop son despojados para mí, Iggy se sube prácticamente desnudo y Patti por el contrario super tapada -que es una manera en la mujer de subirse desnuda- cuando ella encara el escenario con su pelo despojado de todo, sin maquillaje en su cara, lo único que queda es su arte y es en lo único que te concentras. Esa es la manera que yo quiero encarar un escenario con Utopians.

¿Y con respecto a este espacio de la mujer, aunque hoy replanteárselo suene a cliché, ¿por qué creés que hay tan pocas mujeres que tengan el espacio para hablar de rock o hacer rock?
Creo que lo que muchas veces molesta cuando te preguntan sobre la mujer en el rock es ignorar que esa pregunta es “sobre ser mujer” porque no es que ser mujer en el rock es algo raro y en cualquier otro ámbito es normal. Porque no se pregunta ¿cómo es ser hombre y ser amo de casa? Como si lo único raro para el hombre en este planeta fuera ser amo de casa y en cambio para la mujer todo es raro. Mi mamá inconscientemente fue la primera feminista para mí, una mujer sin estudios, inmigrante española, vino a Argentina sin nada, arrancó a trabajar como ascensorista y terminó como Gerente de una empresa, creo que no se dió cuenta el ejemplo que me dió: por eso ser mujer no es impedimento para absolutamente nada, pero sí es muy difícil comparado con un hombre en el mundo laboral.
En la música, por ejemplo, muchas veces me preguntan porque no me maquillo o me arreglo mas, entonces dá la impresión que una mujer tiene que tener sus ojos pintados y arreglarse para poder tocar rock mientras que, a un hombre no le preguntan ese tipo de cosas si sale a tocar de short y zapatillas, eso sí me parece ridículo.

Volviendo un poco al disco, ¿qué los inspiró en Todos nuestros átomos?
La música siempre. El día a día de la vida es lo que más inspira, cuando tenía 18 años estaba tan poco conectada con el mundo y con la vida que tenía que estar buscando todo el tiempo inspiración en la música, en el cine, en los libros…porque no tenía mucha conexión con “el afuera”, de hecho todavía no había redes sociales como hoy, entonces tu mundo eran pocas personas, hoy la inspiración te cae de todos lados y todos los días tenes información nueva por eso es más fácil disparar.

En sus comienzos, ¿cuándo se empezaron a dar cuenta de que los estaba siguiendo gente por su música?
Me acuerdo de tres momentos de la banda. Uno fue una vez que tocamos en un lugar en Cabildo que se llamaba Planet Music, siempre venían a vernos nuestros amigos del colegio y nuestras familias, y ese día fue un hombre solo que no conocía ninguno de los integrantes de la banda, resulta que para esa fecha habíamos hecho unos flyers con una foto de Patti Smith y los repartimos en Cabildo y Juramento entonces, el tipo fué a ver de qué se trataba, después de ese día nos empezó a venir a ver siempre, fue una especie de primer seguidor, no me olvido nunca mas de eso.
El segundo momento fue cuando tocamos en la capilla de una fiesta y cuando salimos a tocar había gente esperándonos, saltando y bailando nuestros temas, no lo podíamos creer.
Y el tercer momento fue cuando hicimos La Trastienda por primera vez, cuando se abrió el telón se me cayó la mandíbula, hasta ese momento habíamos tocado para 80 o 90 personas y nuestro manager nos dijo “vamos por Trastienda”, esa fecha las entradas prácticamente se habían agotado, ahí arrancó realmente nuestra carrera -en 2012-.
Ser músico no es fácil, es más “ser músico a pesar de…” que “ser músico porque…”, es ser músico a pesar de todo, a pesar de no tener un mango, a pesar de no tener idea sobre lo que vas a hacer el mes que viene, a pesar de que a la gente no le guste… no sos músico porque te va a ir bien o porque vas a ganar plata, eso es una fantasía. En el viaje que hice a Europa, yo sola con mi guitarra y una mochila me dí cuenta de esto al encontrarme con miles de musicos que no eran ricos ni famosos.

¿Y qué pensas respecto a la industria de la música?
Nosotros pasamos por muchas experiencias que nos enseñaron y además, el haber arrancado de tan chicos nos hizo dar cuenta que la música no tiene nada que ver con la industria, la industria es totalmente circunstancial, es una consecuencia. Lo más tonto que podes hacer como músico es querer entrar a la industria, uno se tiene que ocupar de hacer música, de disfrutarla y darle para adelante. Lo que si se necesita quizá es un pequeño plan porque si uno ama la música más que a nada en la vida es lógico que quieras vivir de ella y para no trabajar de otra cosa un poquito bien te tiene que ir. Nosotros disfrutamos mucho de la música, nos gusta mucho ir de gira y estar juntos, somos muy felices y no necesitamos del gigante del rock ni llenar estadios para tener nada de lo que tenemos. A cualquier músico le gustaría que le vaya siempre un poco mejor pero porque eso incluye que a más personas le gusten sus canciones. A lo que le dicen “pegarla” es algo muy frívolo, salvo uno o dos casos particulares “el que la pega se la pega”, pegarla incluye haber llegado a un lugar tan alto que después hay que sostener eso y es muy difícil volver a tu vida y tus gustos normales. En los 80 y 90s toda esa fantasía del “rockstar” arruinó a gran parte de posibles músicos, porque seguramente hubo chicos que tal vez estaban preparados para cambiar la vida de alguien con una canción y terminaron preocupándose por cual campera de cuero ponerse para parecerse más a esa estrella de rock.

Para saber qué los depara este año, ¿cuáles son los proyectos próximos de Utopians?
Vamos a estar el 23 de septiembre en La Tangente -CABA- y el 20 de octubre en Santana Bar -Ramos Mejía-. Y ahora nos estamos yendo de gira, a lo largo del año vamos a hacer Rosario, Santa Fe, Córdoba, San Luis, posiblemente Mendoza, Tandil, Mar del Plata, por el norte del país también y por supuesto en el conurbano de Buenos Aires que siempre tocamos en algún lugar diferente.


Fotos: Guido Adler
Agradecimientos: Agustina Ruiz Teira -PR Utopians- y Claudia Sanchez -PR La Tangente-.

NEWS @ REVISTA G7

*

PERSONAJES

ÚLTIMAS REVISTAS G7 IMPRESAS

Edición #144

Edición #143

Edición #142

Edición #141

Edición #140

CREATIVIDAD Y NEGOCIOS

OPINIÓN

CULTURA

INNOVACIÓN

ESTILO

G7 BRANDS