Marplatense, diseñador, artista, curioso innato que no se deja llevar por las etiquetas. Trabajó de manera independiente, para agencias y clientes particulares desarrollando piel de camaleón, la misma que en algún momento lo incomodaba porque la sociedad se inquieta por saber qué sos. Pero a un inquieto como Panco Sassano la habilidad de interpretar un brief y encontrar el lenguaje visual para manifestarlo, le dio los recursos y versatilidad para encarar todo tipo de proyecto. “Creo que casi todas las disciplinas artísticas hablamos un mismo idioma sólo es distinta la materialización, se desarrollan con otros recursos y herramientas pero el diálogo es el mismo.”
Desde marcas como Despegar.com hasta pequeñas Pymes marplatenses lo buscan porque entienden que no se trata de un diseñador y su estilo, sino de adaptarse a lo que las marcas necesitan y el público busca.
Difícil definirte…
Si, tengo diferentes facetas. Por un lado laburo solo en ilustración. Y en el estudio tengo un socio, Facu Collosa, donde hacemos branding, desarrollo estratégico de marcas, packaging y proyectos 360 que van desde el naming, marca gráfica, sistema de identidad visual hasta arquigrafía.
Cuando me preguntan a qué me dedico no tengo una respuesta. Al principio me sentía mal pero ahora es uno de mis disfrutes máximos, no poder encasillarme en nada porque me gusta de todo.
El diseñador gráfico en realidad es un intérprete no un comunicador y como buen intérprete lo mejor que te puede pasar es que manejes muchos idiomas.
Lo que he intentado hacer es aprender la mayor cantidad de lenguajes visuales para ser un políglota visual.
Cada proyecto necesita un lenguaje visual particular. Paradójicamente, a diferencia de la mayoría de los ilustradores que tienen un estilo bien definido yo soy bastante ciclotímico en cuanto a estilo. Soy un “actor” de la ilustración, depende del proyecto.
¿Qué te divierte de tu laburo?
Me divierten proyectos nuevos que me proponen hacer algo que no había hecho antes. Si bien me cuesta, me obligan a aprender un idioma nuevo y mi cerebro lo encastra. Después están los mash-up, cuando mezclo universos.
Las etiquetas de la cerveza Patagonia fueron eso. Me llamaron para hacer un trabajo para el que ya había hecho ilustraciones tipo botánica vieja y me pidieron que agregara color y quedó un híbrido que a mi criterio termina generando autenticidad para ese proyecto. Este fue un trabajo que hice con R/GA Buenos Aires que me invitaron a participar ilustrando.
Me gusta cuando se genera un lenguaje nuevo que ni yo tenía en mi portafolio. En las exploraciones e investigaciones aparecen cosas nuevas.
¿Cuándo se complica un proyecto?
Cuando trabajo con directores creativos dependo mucho de ellos, para poder brifearme y entender qué está buscando, esa es la parte más difícil. Si me dan buenas referencias es más fácil. Se complica cuando tengo que hacerme imágenes de lo que la persona está imaginando .
Mientras haya más diálogo, más fácil es.
Y después la variable no menor que es el tiempo que se tenga para cada proyecto. El ida y vuelta en los procesos de la ilustración.
Me gusta equilibrar entre el profesional y el amateur; el profesional por experiencia y conocimiento reduce el margen de error en las propuestas y optimiza tiempos. El amateur es la persona que como le falta conocimiento hace, explora, se equivoca, demora más y los resultados no son del todo perfectos. En esa exploración uno aprende un montón de cosas. Me gustan los proyectos que me desafían constantemente.
¿Cuando se hace más fácil el proceso de diseño?
Creo fehacientemente que diseñar es pensar antes que hacer
y mientras más investigues, charles con el cliente, preguntes, propongas desde lo conceptual y abstracto sin hacer un solo boceto, logras que los problemas se visualicen de manera más rápida y clara. En el estudio de branding con mi socio lo que más nos avocamos es a trabajar y pensar antes de hacer.
En algún momento, una de estas pieles tuyas trabajó mucho la tipografía…
Me fui a Buenos Aires a aprender caligrafía y tipografía. Tengo la filosofía de que la única manera de aprender en este oficio es haciendo, mandándote macanas y corrigiendo. Entonces me dediqué mucho a dibujar letras y tuve la suerte de que cuando comencé a hacer eso se puso de moda. Eramos pocos haciendo eso con lo cual abarcamos mucho el mercado y ahí conocí muchos Directores de Arte y agencias, por el Lettering.
¿Así llegaste a dibujar los posters para la campaña de Stranger Things?
Si. A lo largo de mi carrera conocí muchos Directores Creativos y uno de ellos, trabaja en una agencia mexicana me preguntó si me animaba a hacer ilustraciones para la serie. Era un evento de música ochentosa de “Live from the upside down” para promocionar la cuarta temporada en Estados Unidos.
En principio fue un laburo complicado porque había que dibujar a las bandas. Y los artistas de los 80’s ahora tienen 70 años y no querían dibujos actuales, pero tampoco de jóvenes entonces las ilustraciones eran muy difíciles.
Finalmente usaron las que hice; ibas a Walmart y comprando Doritos te llevabas mi poster.
¿Qué es lo que más te motiva de una propuesta? Un proyecto desde cero, un rediseño…
Todo. Por ejemplo trabajé en el rediseño de Imperial completa, era una propuesta pura y exclusivamente de packaging y cuando hubo que hacerlo era para que nadie se diera cuenta. Era un refinamiento para “ecualizar”. Ahora estamos con una marca de vino que nos pidieron lo mismo, que nadie se de cuenta. Hice el rediseño de San Felipe Caramagnola un ícono argentino y en ese rebranding se volvió al origen.
Me divierten todos; hacer una marca de cero porque hay que crear un mini universo, así como también me gusta el rediseño de una marca y arreglar algo sin que nadie se de cuenta.
Cheverry era una marca que a nivel gráfico no tenía nada y le hicimos los cimientos, definimos con el cliente qué es, a qué aspira, sus valores.
Todos los proyectos son lindos. A mi lo que más me divierte es solucionar el problema por sobre todas las cosas. Cuando hay un reto hay una motivación.
Extender una marca que ya está diseñada, para mi es un embole.
Me gusta laburar con clientes que son apasionados por lo que hacen. El tema de la plata no es mi líbido, por lejos. Me gusta trabajar con gente que aprende, que sabe, que la hace de abajo cuando se genera un buen diálogo.
Podemos decir que no te convenciste con ninguna etiqueta y fue exactamente lo que las marcas hoy en día buscan, adaptarse al momento…
Veníamos con esta idea y filosofía de que la especialización es la única manera, como ilustrador tenes que tener un estilo para que te llamen y si me preguntas te digo que hoy en día el contexto te obliga a estar cambiante, porque todo cambia.
Cuando yo estudiaba las marcas tenían que pensarse para durar 50 años. Y hoy en día cualquier marca busca ser permeable a cambios porque dentro de 3 años tenés que evolucionar de vuelta.
Todas las marcas hacen reajuste a la identidad visual para ser siempre contemporáneas, todo cambia tan rápido que si no cambias la gente te ve como vieja.
Lo que antes a mi me generaba vergüenza de no poder poner un título a “qué soy” hoy para mi es mi máxima virtud y no me pesa en lo más mínimo.