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“Mi amigo hormiga”, la exitosa serie juvenil filmada en pandemia desembarcó en la Calle Corrientes

El pasado 9 de febrero, en una función única y exclusiva, se presentó en el escenario del Teatro Astral. Una propuesta que refleja los problemas que padece la juventud actual. En la previa, hablamos con Diego Oria, director y creador de la obra, para conocer sus sensaciones antes del estreno.

“Mi Amigo Hormiga” fue la primera serie en rodarse en pandemia y cosechó un éxito rotundo en la pantalla de FLOW CONTENIDOS. Esta vez llegó al mítico Teatro Astral en la calle Corrientes, con el protagónico de Thomas Lepera, Mora Fisz, Agus Benavides, Adrián Altamirano, Nora Pavón, Paula Rosen, Sebastián Fernández y la participación especial de Diego Sassi.

La obra propone un recorrido sobre problemáticas adolescentes, los haters, el cyberbullying y otros conflictos familiares que no solo afectan a los jóvenes sino al entorno en el que viven. A su vez, invita a reflexionar y a encontrar un punto en común, el amor propio y ajeno, la aceptación y la manera de afrontar situaciones adversas.

Una pieza concebida dentro del universo teatral y convertida en serie durante el contexto sanitario, que regresa a su escenario natural para recorrer las vidas e historias de cuatro jóvenes y conocer qué hay detrás de cada uno de ellos. Una invitación a explorar los procesos de la vida, agradecer el valor de una amistad y hacer frente a los desafíos a los que están inmersas sus realidades.

Antes de su estreno, charlamos con Diego Oria, director y creador de esta obra que cosechó muchos éxitos en la pantalla y que se encuentra en planes de expandir su mensaje hacia otros países. 

¿Cómo se prepararon para el estreno en el teatro Astral? ¿Qué expectativas tienen?

La preparación fue muy adrenalínica y entusiasta. Se dio toda la sinergia para que las áreas involucradas converjan en un mismo proceso y, así mismo, en un mismo resultado. La escenografía, el vestuario, las luces, la música, todo está yendo en una misma dirección y las 35 personas que somos parte de este proyecto vamos camino hacía un mismo fin que esperamos se vea reflejado el día del estreno. Gracias a este trabajo, las expectativas eran muy altas. Es el inicio de algo que soñamos hace más de dos años y que hoy lo podemos concretar en un teatro tan prestigioso como el Astral.

¿Cómo fue el proceso de rodar en plena pandemia? 

El proceso de rodar en pandemia fue una auténtica escuela. Teníamos que salir a hacer escenas y ponernos en acción a medida que se activaban y habilitaban los protocolos audiovisuales. Por esa razón, al comienzo de la serie se ve como la mayoría de los actores se encuentran encerrados en sus cuartos y algunas escenas se desarrollan en plazas públicas. Contrario a los que son los últimos capítulos de la primera temporada donde hay más exteriores, incluso logramos acceder a un aeropuerto. Fuimos adaptándonos al momento, aprendiendo de eso y lo que estaba sucediendo en el país. Siempre fuimos muy estrictos con los cuidados y, al día de hoy, seguimos siendo cautos con ese protocolo que ya se convirtió en hábito.

¿Cómo adaptaron la propuesta teatral a lo audiovisual?

La propuesta teatral fue el inicio del proyecto. En Mendoza, allá por el 2019, se estrenó la obra de teatro musical e incluso fue declara de interés cultural, y eso nos permitió programar una gira en todo el país para el 2020, con elencos rotativos y diferentes directores. Con la pandemia, la posibilidad de concretar esta idea se truncó y así fue como nació la serie. Al estar escrita la obra de teatro, convertimos a la serie en la precuela de la historia que se narra en el musical, son los 6 meses anteriores al primer diálogo que se recita en el escenario. De esta manera, quien haya tenido oportunidad de verla irá al teatro con información previa de quiénes son los personajes y sabrá acerca de los conflictos que arrastran cada uno de ellos.

¿Qué repercusiones ha tenido la serie? 

Las repercusiones de la serie nos tomaron por sorpresa para bien. Fue la serie más vista dentro de la plataforma de Flow, entre el público infanto juvenil, a lo largo del 2021. Gracias a eso, hay un proyecto de llevar la serie a España con un elenco de allá y, también, se está trabajando con gente de México para la adaptación del producto en aquel país. En simultáneo, la gran noticia es que estamos terminando el guión audiovisual de lo que esperamos sea la versión cinematográfica de la serie. Sentimos que es algo muy importante lo que está sucediendo a nivel emocional con los jóvenes, y que sientan que esta historia les pertenece y representa es la mayor gratificación que podemos recibir.

¿Cuál es el mensaje o los valores que buscan transmitir con esta propuesta? 

El mensaje que transmite “Mi Amigo Hormiga” es, básicamente, ponerse en el lugar del otro y aprender a expresar lo que uno siente. A partir de sucesos que no son del todo claros, ciertas personas comienzan a tener opiniones sobre jóvenes/adolescentes, se trata el cyberbullying, la figura de los “haters”, aparecen mensajes que tienen que ver con segundas oportunidades y el hecho de que vivimos en un mundo que es imperfecto y que a partir de esa imperfección uno puede construir un patrón de vida. A veces se logran cosas que no responden a nuestros deseos, pero sí, tal vez, son las que se están necesitando en ese momento. Creo que los ocho personajes pasan por eso y todos tienen un lugar tridimensional en donde no existen buenos y malos, sino que les pasan cosas y de eso se trata, de vivirlas y rescatar la lección que eso deja. Al mismo tiempo, entender que nadie está solo, que siempre hay alguien acompañándonos. Esto es lo que busca dejar como aprendizaje la obra y esperamos que ese mensaje llegue al espectador.

¿Con qué se encontró el público que vio “Mi Amigo Hormiga” al teatro?

El público se encontró con una gran obra de teatro, con un gran despliegue que incluye a más de 20 personas en escena. Junto a Federico Brunetti (productor) y Sofía Petignat (productora asociada) llevamos este proyecto adelante con mucha hidalguía, apostando al teatro musical en Argentina. Una obra de mi autoría, con música de Jorge Soldera y coreografía de “El Negro” Carrizo, que se presenta como algo distinto y donde la música se combina con los textos para llevar al público hacia un viaje emocional. Creo que es una historia que hay que seguir muy de cerca y con la que esperamos provocar un impacto. Hay “Mi Amigo Hormiga” para rato, tanto en Argentina como en el mundo.

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