#Cursi es un libro escrito por Evangelina Ciurleo y publicado durante la cuarentena de 2020. Está compuesto por textos breves, posts y micropoemas que abordan el tema de las citas, de los vínculos y del amor en los tiempos virtuales en el que la autora plantea que hay algo más ridículo que ser cursi y es no serlo.

Publicista, profesora, artista visual y performer, escribió Diario Calipso (2005), Tiles (2014) y El Brief (2016). Realizó happenings Vamos Cariño (2018), Domingo Sandía (2016) y Dadá Festival (2004). Reconocida en el ámbito de la publicidad y de la enseñanza es profesora en Universidad de Palermo y dicta un taller de exploración artística recientemente considerado de interés cultural. #Cursi fue presentado en el ciclo Amor de Verano del
Centro Cultural Recoleta durante Febrero de 2021 y en otros espacios en formato lectura performática musicalizada. Desde 2010, Evangelina trabaja en su estudio ubicado en Buenos Aires, Argentina.

¿Cómo nació «Cursi»?

#Cursi nació de la experiencia y de la contemplación como una forma de interpelar el formato de los vínculos y las relaciones con la virtualidad. A partir de eso, entender que el hecho de ser cursis puede ser ridículo pero más ridículo es no serlo.

¿De qué se trata?

Me gusta definirlo como una comedia romántica pensada como una story y escrita como un mensaje de WhatsApp. Son textos muy breves, aparentemente desconectados entre sí pero que funcionan juntos. A su vez, es una de-construcción, la esencia de un borrador que ocupaba cuatrocientas páginas, el libro tiene cuarenta y dos.

¿Qué aprendizajes te dejo la pandemia desde el punto de vista de lo creativo? y lo artístico?

Un montón. Durante la cuarentena salió el libro, por ejemplo. Creo que, al no haber vivido un acontecimiento de esta magnitud, tanto la creatividad como la expresión artística surgieron, en muchos ámbitos, durante el aislamiento. Los estímulos, que antes podían ser externos, ahora iban de adentro hacia afuera y tenían que fluir de la manera que sea.

Y creo que el hecho artístico tiene que ver bastante con esto, con aprender a fluir en el momento. Con dejar salir lo que está adentro y ponerlo en palabras, en imágenes, en canciones… en la forma de arte que tenga que ser. Mis libros anteriores fueron todos digitales y este, que hablaba de virtualidad ¡terminó en formato físico! En este sentido creo que hay que aprender a fluir. Cuando hablé con los chicos del Recoleta me dijeron: -te dejamos el atril para apoyar el libro pero el libro físico no existía, lo pidió el momento y salió en papel.

¿Te animás a hacer un paralelismo entre el libro y la actualidad de la publicidad?

La mayor parte de mi trabajo artístico está directamente atravesado por la publicidad. En el caso de #Cursi, el título lo eligió la gente, entre otras opciones, en una encuesta que hice en Insta.

Creo que la industria publicitaria está empezando a comprender eso de “el cliente siempre tiene razón”. Hace tiempo que los protagonistas no son las marcas, son las personas porque son quienes deciden si van a simpatizar o no con una marca. Y eso también depende del lugar que la marca le dé a las personas. Es un buen momento para saltar de los formatos que se usaron durante tantos años y estar atentos a lo que propone el mercado. Además de su función principal, la publicidad también existe para empoderar, acompañar, informar, despertar, alegrar y enriquecer momentos. El tema es que hay que saber qué momentos.

¿Cómo ha impactado lo digital, la data, lo tecnológico en el mundo de las ideas, de la creatividad, de la estrategia?

Depende para quién. Para los del old school es una herramienta que está buenísima porque te facilita procesos, entonces impacta directamente en el producto final. Lo que antes llevaba más tiempo capaz ahora lleva menos, a nivel tecnológico. Para quienes nacieron con la tecnología en la mano, creo que es otra historia porque la estrategia, la creatividad y las ideas a veces no salen de lo digital, la mayoría de las veces salen de otros ámbitos.

¿Por dónde pasa su costado «cursi»? ¿En qué aspectos debería serlo mucho más?

Me parece que pasa por salir de lo establecido o de lo visto como ridículo. Lo establecido, a veces, se puede volver mecánico y terminar aburriendo, y el público está cada vez más espontáneo, para acompañar esa espontaneidad está bueno comunicarse más que comunicar. La cercanía y la inmediatez que propone el contexto hace posible darse lugar para ser marcas más auténticas y menos acartonadas y, en algunos casos, ya está pasando. Esto de ser un poco más cursi, o tener menos filtro.

¿Cómo te imaginas una etapa post pandemia? ¿Seguiremos virtualmente vinculados?

No sé, creo que flexible. Hay quienes prefieren vincularse desde lo virtual y podrían seguir así, son formatos que quedaron disponibles como opción. Me parece que, igual que en el mundo del arte, es importante estar atentos a lo que pide el momento más que a lo que le pedimos porque ahí podría estar la respuesta, en el momento.