Ramiro Jota fue elegido en 2019 por Noisey Latinoamérica como uno de los mejores beatmakers de Argentina. Alrededor del 2010 llegó el gran salto en su carrera profesional de la mano de una gran rapera: Sara Hebe. Giras por Europa, Latinoamérica, aquel niño que tocaba punk con amigos y más tarde enfrentó a sus padres rompiendo los mandatos, estaba brillando en el ambiente de hip-hop argentino. Ganó un Martin Fierro a la mejor Cortina Musical con “El Marginal ” y hoy en día incursiona en el mundo audiovisual.
¿Cómo llegó la música a tu vida?
Cuando tenía 13 años, recién entrando en la secundaria un compañero me ofreció unirme a una banda de rock y punk. Ahí arranque tocando el bajo, fuimos a la sala de ensayo sin saber tocar nada. Pero nos gustó la experiencia y empezamos a ir todos los sábados, de a poco fuimos mejorando. O sea, prácticamente todos los años de la secundaria me la pasaba en salas de ensayo durante los findes. Ahí creo que agarre un compromiso con el camino de la música.
Ya salido de la secundaria, me separé de esa banda, había empezado a escuchar un nuevo género de música: El Hip Hop. Cuando empecé a escuchar rap fue una revolución interna porque me obsesioné, no escuchaba otra cosa. Me devoré el género. Más que el rap en sí, lo que me atraía eran las instrumentales de las canciones. Mas cuando me enteré que la creación de una instrumental estaba hecha por un beatmaker, una persona en su cuarto creando todos los elementos que conforman el beat.
Me voló la cabeza porque yo venía bastante saturado de la dinámica de un grupo, en la cual había algunos que se ponían las pilas y otros que no.
Entonces empecé a investigar a los beatmakers de las canciones que me gustaban, así descubrí a Dr. Dre, Pete Rock, 9th Wonder, Kanye West, Timbaland y muchos otros. Además en esa época había empezado a experimentar con softwares de producción musical entonces todo me cerraba.
¿Qué te atrapó de tan chico la música? ¿Tu familia viene del palo musical?
Mi familia no viene del palo musical, pero mi viejo me hizo escuchar cosas copadas de chico. Lo que más me marcó fue el disco Greatest Hits de Queen que tenía mi viejo en cassette. Estaba obsesionado con eso, lo escuchaba todo el tiempo. Lo ponía en un walkman que tenía y me volaba la cabeza. Creo que de chico la música me transportaba bastante, me imaginaba cosas escuchando música, me generaba sensaciones nuevas.
¿Cómo siguió tu camino?
Me salió un viaje de work and travel a USA y me fui 3 meses a trabajar a Florida, en un trabajo bastante choto pero que al ser chico no me importaba, porque allá pude comprarme cds, revistas y enterarme de lo que estaba pasando en la cuna del hip hop.
Fue una experiencia muy copada, porque además pude ver algunos artistas en vivo. Entonces a la vuelta del viaje ya estaba decidido a dedicarme a los beats.
Suele pasar que después de un viaje hay un despertar. Esa vuelta cómo fue?
Me anoté en una escuela de música electrónica para aprender a usar bien los programas de creación de música.
En ese momento yo estudiaba Comunicación Social en la UBA y de a poco iba perdiendo el interés en esa carrera, sabía que me quería dedicar a la música.
Me fui anotando cada vez en más cursos de sonido y aprendiendo más de ese mundillo.
Hasta que un día caí a un parcial de la facu en el que no había estudiado nada y ese día me fui para siempre de la facultad. Fue muy difícil y conflictivo porque mi vieja quería que yo tuviera una carrera universitaria y yo vivía con ellos. Se enojó tanto que me tuve que ir de mi casa por unos días. Yo estaba convencido de lo que quería hacer.
El único problema es que en esa época, la música urbana era muy under en Argentina.
Había gente que la hacía pero prácticamente nadie vivía de eso, pero no me importó porque realmente me apasionaba. Así fui tratando de conocer gente de la movida del hip hop y empezar a ir a jams y fiestas, lo cual fue una época muy linda porque conocí gente muy piola con data nueva.
¿Y cómo te fuiste insertando en el ambiente under?
Trataba de buscar gente para producir los temas, y de a poco fui experimentando. Por aquella época un amigo me presentó a Sara Hebe que estaba arrancando a tocar. Ella quería grabar su primer disco y me encargó un beat. Ese tema después se convertiría en Historika. Pegamos buena onda y empezamos a producir más cosas.
Yo tenía mi home-studio en mi cuarto, todavía vivía con mis viejos y toda la plata que ganaba en mi trabajo de entonces la usaba para comprarme equipos: compu, micrófonos, placa de audio, parlantes, etc. Ramiro Jota
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¿Cuándo sentís que diste un salto?
En el 2010 me pude mudar solo y me armé mi estudio en el living del PH que me había alquilado en Villa Crespo. Con Sara empecé a tocar en vivo por esa época y el proyecto despegó muy rápido. Empezamos a ir a tocar a las provincias, salían muchas fechas. También empecé a dar talleres de beats y meterme full en esa vida. En paralelo, aprendí a ser DJ y también arranqué a tocar en fiestas pasando música. Por primera vez estaba viviendo el sueño de dedicarme a la música y desde entonces mi vida la dediqué a producir beats y canciones.
¿Qué recordás de ese tiempo tocando con Sara?
Toda esa época siento que pasó muy rápido. Con Sara toqué en incontables escenarios y conocí el mundo. Hicimos giras por todo el país y también por países latinoamericanos. También hicimos 5 giras por Europa, recorriendo incontables países y lugares. Fue muy intenso y aprendí mucho de todo esto. En 2020, deje el proyecto de Sara porque sentía que había cumplido un ciclo. Sin embargo sigo produciendo canciones con ella, en su último disco produje 5 o 6 canciones.
¿Fue en simultáneo con la pandemia?¿Cómo te afectó esto?
Si. Justo vino el Covid y el encierro me sirvió para tener tiempo en el estudio y probar nuevas herramientas. Me encerré a mejorar mis técnicas de mezcla, y empecé a componer tracks de música electrónica. También empecé a producir gente nueva. Siento que esta época me sirvió porque mejoré mucho mi sonido. Antes era más punk con esto, y no me importaba tanto la calidad sino más bien el contenido.
¿Ves una evolución en tu trabajo?
Con los años empecé a prestarle más atención a la mezcla y siento que cada día que pasa mejoró más mi sonido. Estoy un poco más nerd se podría decir. Y el hecho de no estar todo el tiempo en la ruta también hace que esté más tiempo metido en mi estudio probando cosas y estudiando técnicas nuevas.
Mas hoy en día qué hay tanta data de producción disponible en internet. Antes era más difícil. Además la tecnología y los plugins han mejorado muchísimo, y cada vez se pueden hacer cosas más pro.
¿Cómo fue musicalmente tu 2022?
Este año me metí con la música para series y audiovisuales. El año pasado me convocaron para hacer música para unos cortos sobre mujeres deportistas que salieron en Canal Encuentro. Como les gustó mi trabajo, este año me convocaron nuevamente, esta vez para hacer la música de una serie documental sobre el misterio del robo de las manos de Peron.
Me divierte mucho este tipo de trabajo, nunca lo había hecho y me permite explorar nuevas formas de componer, no tan atado a la estructura de las canciones. Estoy volando bastante mi cabeza creando climas y atmósferas para la serie. Me gustaría en el futuro seguir desarrollando esta faceta y hacer música para películas. Ramiro Jota
Y la publicidad ¿Te gusta? ¿Cómo sentís que la música aporta a la publicidad?
No estoy muy atento la verdad al mundo de la publicidad. Pero estudié comunicación social en la UBA y tuve materias de publicidad. Recuerdo que lo que más me gustaba era filmar cosas. Me gustaba pensar campañas medias bizarras y graciosas. Toda esa parte creativa me gustaba. Hace un tiempo me pidieron música para una publicidad de papas fritas y estuvo bueno hacerla.
¿Se podría decir que te estás dedicando al mundo audiovisual?
En paralelo sigo trabajando en mi estudio. Hay gente que me encarga beats, otros mezcla y mastering para sus temas. Otra gente viene para que le trabaje producciones completas. Gente de distintos géneros, tanto raperxs como cantautores que quieren integrar sonidos más electrónicos o urbanos en sus canciones. Me gusta el trabajo de producción desde el lado de pensar conceptos para las canciones, mi estilo es dejar que la gente fluya en el estudio y yo guiar ese proceso para que logremos las mejores tomas. El centro es la canción.
También estoy trabajando con algunos jóvenes raperos y raperas, algunos del mundillo de las batallas del freestyle, que hace poco me empezó a gustar mucho. Mecha, que es el flamante campeón de la batalla de gallos Red Bull subió su primer tema sobre una base mia.
¿Te sentís cómodo trabajando con gente más joven?
Me gusta juntarme con pibxs más jóvenes a hacer música porque vienen con otro chip y me renueva a mi también el intercambio de ideas, no tienen tantos prejuicios siento como había en otras épocas, donde los géneros no se mezclaban tanto.
Hace unos meses grabamos un live set de tracks electrónicos que estuve desarrollando, lo dirigió Mariana Point y quedó muy bueno, lo filmamos en mi terraza y se pudo captar el atardecer de Buenos Aires, con amigxs bailando. También salió un video de uno de mis tracks llamado Buurry, el cual filmó Luna Negra de Chile. El es un film maker amigo que vino de Santiago y me estuvo acompañando a un par de fiestas en las que toque, y me encanta como quedó el video. Siento que refleja cierto espíritu under de determinadas fiestas de Buenos Aires. Ramiro Jota
¿Cómo ves la generación actual de músicos? ¿Qué te atrapa de ellos? ¿Qué diferencia encontrás de los tiempos de antes?
Hay artistas que me gustan mucho, me parece muy piola como creció la movida del hip hop. Antes era más una subcultura, y ahora es como que todos los pibes ya lo tienen incorporado. Cuando yo era adolescente la música de la juventud era el rock y ahora es lo urbano, ese es un cambio grande.
A veces me agota que los temas que escuchas en las letras son repetitivos, y también cierta homogeneidad en el sonido, pero también tenés algunos pibes que tienen tremendas letras, lo veo también en las batallas de free. No se bardean con cosas tan básicas sino que veo que tienen un nivel de técnicas y rimas que me sorprenden. También noto que hay una mentalidad más abierta hoy en día, antes los géneros eran más cerrados y no se mezclaban, si lo hacías te miraban raro. Ahora un mismo artista saca temas de diversos géneros y es normal.