La World Photography Organisation anunció a los ganadores del Latin America Professional Award de los prestigiosos Sony World Photography Awards 2021. El título latinoamericano, el cual se acompaña de un premio de equipo fotográfico de Sony, fue para Andrea Alkalay, de Argentina, por su serie fotográfica Pasaje Sobre Paisaje, compuesta por 8 fotografías.
Paisaje Sobre Paisaje es una serie fotográfica que presenta un diálogo entre figuración / abstracción donde lo auténtico se encuentra con lo manipulado, superponiéndose. En primer término, está la escenografía monocromática, y en segundo plano el trasfondo digital del detrás de escena. Estas dobles fotografías combinan códigos opuestos que se atraen como la percepción del color por su ausencia o la planitud del papel a través del doblez. Las gamas cromáticas se revelan mediante el plisado que da volumen a la impresión irrumpiendo la geografía con otra topografía en paralelo. Son gestos manuales que ponen atención en los artificios y en la materialidad del objeto fotográfico.
“Me interesa la idea de la naturaleza como construcción cultural y la composición de un nuevo paisaje con otras lecturas. Exploro lo ilusorio del paisaje natural y su descomposición cromática digital, transfiriendo lo captado en un sentido (la vista) a los códigos de otro sistema (RGB)”, comenta Andrea respecto a su trabajo.
Andrea es artista visual con sede en Buenos Aires. Es egresada de la Carrera de Diseño Industrial (U.B.A), por lo que las ideas siempre estuvieron relacionadas con la forma y función, y los materiales como herramientas para subrayar conceptos. Ella piensa a través de la fotografía en búsqueda del potencial poético y político que surge de la observación. Le interesa la discrepancia entre lo que vemos y lo que sabemos, donde estas cualidades se contradicen y coexisten simultáneamente.
Cuando Andrea recibió la noticia de ser la ganadora del primer puesto para Latinoamérica, comentó: “Siento un agradecimiento enorme al recibir este premio tan prestigioso por parte del equipo de Sony y la Organización Mundial de la Fotografía. Es sumamente importante dar visibilidad a la obra para llegar a un público más amplio, y como artista argentina, representa una gran oportunidad, sobre todo en estos tiempos rarísimos. Gracias por el apoyo.”
Por su parte, Loli Laboureau presentó la serie de 8 fotografías llamada Ciudadanos del Mañana, con la que se llevó el tercer lugar. Este trabajo empezó como su Proyecto personal durante la cuarentena, que combina el mundo como solíamos conocerlo y una serie de retratos, describiendo la nueva normalidad en una forma dramática. Al conocer el veredicto de los jueces respecto a su trabajo, Loli expresó: “Estoy muy feliz de ser finalista en uno de los premios de fotografía más importantes del mundo. Sé que el mundo está pasando por momentos difíciles y, con suerte, algunas de mis fotografías traerán conciencia sobre lo importante que es adaptarse y ser responsables de nuestra propia acción.” Además de este reconocimiento, Loli Laboureau obtuvo el tercer puesto mundial en la categoría de Portafolio de la competencia Profesional.
Dialogamos con cada una de ellas y esto nos decían:
¿Cómo y por qué te inclinaste por la fotografía?
Andrea: La fotografía siempre me acompañó en cada momento de la vida. Como pasión, como necesidad para documentar recuerdos, como herramienta de viaje, como oficio cuando dirigía mi propio estudio de diseño, y ahora, como medio para plasmar mis ideas en el arte. Un día decidí tomar el camino del arte como un todo absoluto. Fue una decisión adulta y feliz. Es a través de la imagen cómo llego a construir sentido. Un sentido para mi hacer, quiero decir.
Loli: Desde que era muy chica, mis padres me inculcaron la pasión por la fotografía y las artes visuales. Llevándome a un museo o centro cultural una vez por mes como mínimo. Después a los 14 años Federico Laboureau, director de arte y mi hermano, me empezó a llevar como asistente a la mayoría de sus producciones donde me empecé a familiarizar con el ambiente.
¿Cuál es el lugar que ocupa la foto en un mundo abarrotado de celulares?
Andrea: La fotografía de cualquier dispositivo está ocupando un espacio tóxico en el magma digital. Joan Fontcuberta viene hablando de la post-fotografía, de cómo se va perdiendo el anclaje histórico con la verdad/ memoria/ archivo. Una foto hoy en cualquier medio (prensa, redes sociales) no es creíble como documento y pertenece a un instante efímero. En ése sentido, él dice que no es fotografía, sino que cumple otra función y su valor es mucho menor que antes, como lo que pasa con la sobre oferta y la demanda.
Loli: Vivimos en un mundo donde una imagen vale más que mil palabras. Por eso hoy en día las aplicaciones se desarrollan alrededor de una mejor experiencia visual. Eventualmente comenzamos a diseñar fotos que entren en nuestras pantallas en vez de seguir pensando en imágenes que perduren en el mundo tangible de lo no virtual.
¿Cómo se diferencia la fotografía propiamente dicha?
Andrea: La fotografía como medio artístico es otra cosa. Es un recurso que utilizo para expresar una idea, una duda, una reflexión. Me interesa el arte conceptual, y en ese sentido, trabajo con la fotografía al igual que un pintor con su lienzo. Pasa a tener el mismo valor entonces que una pintura, una instalación digital, una escultura, o cualquier otra manifestación artística válida para respaldar algo que el artista quiere expresar. Más allá de cualquier tipo de utilidad o inutilidad, el arte contemporáneo es conceptual. Temas que venimos debatiendo muy críticamente en el espacio de taller que participo semanalmente de Lorena Fernández.
Loli: No sabría bien cómo contestar esta pregunta con certeza, sé que hay ciertos parámetros como la calidad de imagen, iluminación y revelado que pueden hacer lucir a una foto más profesional pero me parece que la fotografía es algo muy personal y nace de la necesidad de inmortalizar un momento, tanto sea un momento histórico como una memoria. La fotografía propiamente dicha quizás es la que logre movilizar a más gente con su mensaje pero no creo que ninguna se diferencie por ser menos que otra. Por ejemplo: una fotografía de alguien que ya no está muy probablemente sea más valiosa y valga más para sus seres queridos que la fotografía más cara del mundo.
¿Qué significa este reconocimiento?
Andrea: Me siento muy honrada y con mucha suerte. Es un premio mayúsculo por parte de la Organización Mundial de la Fotografía. Un mérito en mi carrera que tiene el potencial de abrirme puertas a nuevos desafíos al vincularme con otros actores del universo artístico y aumentar la visibilidad. Tema clave para llegar a un público más amplio. Nosotros los artistas tenemos la necesidad personal de poder construir una obra, vivir de ella, que sea puesta en valor, exhibida, analizada, gustada o no, son todas valiosas instancias del recorrido que requiere un proyecto. Como argentina, representa un reconocimiento- oportunidad porque el camino es arduo, estamos lejos geográficamente y no tenemos a mano ciertos recursos.
Loli: Creo que lo que más me emociona de este reconocimiento es poder representar a mi país en un concurso internacional y compartir este gran logro con mis seres queridos que me acompañaron y apoyaron durante todo mi proceso y crecimiento creativo.
¿Por qué sentís que vale la pena seguir fotografiando?
Andrea: Vale la pena fotografiar aquello que tenga un valor para vos. Vale la pena la practica fotográfica para entrenar el ojo y compartir experiencias, para documentar algo, para guardar ciertos momentos que forman parte de nuestro sistema mental, como herramienta de trabajo, como si fuera una escritura. Mirar por la lente de una cámara es un acto de meditación. Vale la pena elegir las tomas pensando más en el por qué y para qué de las mismas. No vale la pena generar imágenes que jamás volverán a ser vistas. Está bueno empezar a ser austero y ecológico también en el campo virtual.
Loli: Cada persona tiene una manera distinta de comunicarse, la gente por lo general es muy buena conversando y explicando ideas. Cualquiera que me conoce muy bien sabe qué me trabo y se me mezclan las palabras e ideas. Según mi profesora de oratoria es porque soy una persona muy visual, y me cuesta poner las imágenes en palabras. Es por esto mismo que para mí, vale la pena seguir fotografiando. Es la única manera dónde sé expresarme plenamente.
Andrea, ¿Cómo pensaste las diferencias entre lo auténtico y lo manipulado?
Me interesa trabajar la imagen en el campo de la percepción, lo ilusorio. En mi último trabajo, utilizo la noción de paisaje en un sentido amplio. Es una reflexión sobre su construcción cultural. No es lo mismo estar en la naturaleza, que mirar una postal del lugar o un dibujo del mismo. La relación que mantenemos con las imágenes vistas, vividas o imaginadas, la forma de pensar, afecta la realidad cuestionándola, interpretándola.
Para este proyecto exploro lo ilusorio del paisaje natural y su descomposición cromática digital, transfiriendo lo captado en un sentido (la vista) a los códigos de otro sistema (RGB). También utilizo el soporte, que es el papel fotográfico, con dobleces, cortes y plegados para componer un nuevo escenario. Son gestos manuales que ponen atención en los artificios y en la materialidad. Establecer un dialogo entre figuración / abstracción es parte del objetivo, donde lo auténtico se encuentra con lo manipulado, superponiéndose.
Loli, ¿Cómo decidiste qué partes del mundo pre-covid y la nueva normalidad fotografiar y usar?
Quise seleccionar lugares que me parecieran significativos a nivel turístico y personal. Principalmente usé mis propios recuerdos para componer las imágenes más nostálgicas. Bariloche es un clásico creo que para cualquier argentino y quise tocar algo personal en todos los espectadores locales que a su vez representara nuestro país a nivel internacional. También elegí Coney Island en NY, que es un lugar muy característico para todo el mundo, más que nada para todos los que crecimos con las películas de los 90 y 2000.