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Quién es Juan Grabois, el candidato de sotanas, polleras y bermudas

“Usted se cuelga de la sotana del Papa, de la pollera de Cristina y de la bermuda de Máximo”, le espetó Cristina Pérez, en su más reciente cruce mediático.

No fue la primera batalla, y seguramente tampoco la última, de Grabois frente a cámaras o micrófonos.

Mucho menos tras lanzar su candidatura a presidente para las elecciones del 2023.

Conocer quién es Juan Grabois implica contextualizar y separarse de la figura que los medios tradicionales le fueron moldeando durante años.

Origen en la militancia y la organización de la economía popular

El término «economía popular» no existía en el 2001, al menos para el Estado.

Quienes la llevaban a cabo, sobre todo los cartoneros, ejercían una práctica ilegal.

Un trabajo que les daba de comer en una Argentina rota, pero que implicaba inmiscuirse en un círculo de marginalidad, mafias y coimas.

El oficio se popularizó tanto en las calles del país que hasta llegó al cancionero de la banda punk Attaque 77 con el tema Cartonero, de 2007.

Pero Juan Grabois no escribió canciones.

En su caso, decidió bajar de su departamento ubicado en los límites de Palermo y Almagro, para acercar comida, oídos y empatía a los grupos que se juntaban a cartonear en la esquina.

Quién es Juan Grabois

Poco a poco, las charlas fueron llevando a un Grabois de 18 años recién mudado de la casa de sus padres a enterarse de lleno cómo era la realidad de los sectores bajos en Argentina.

Corría el año del helicóptero y el estado de sitio.

El fin de la fiesta neoliberal.

Bajo ese contexto creció Grabois, en un hogar politizado, con un padre militante peronista de joven y funcionario menemista de adulto.

Aunque una feak news le inventó una madre ex titular del PAMI, la verdadera es Olga Gismondi, médica pediatra recibida en la Universidad Católica de Córdoba.

Tal vez ahí radica el germen de su faceta religiosa.

Lo que queda claro es que su compromiso social nació, creció y se desarrolló en la calle, en los cartones, en los galpones de recolección y reciclado, y en la organización popular.

“Lo que me llevó a la militancia fueron los cartoneros, y lo que nos formó fue la realidad del 2001, 2002 y 2003, una realidad muy jodida”, le recordó a Tomás Rebord en una entrevista reciente.

 

Quién es Juan Grabois, el dirigente que incluyó a los excluidos

El trabajo de Grabois no fue solidario: se metió en el territorio para reivindicar derechos, o para crearlos.

Algo impensado en un contexto post 2001, algo que solo podía efectivizarse mediante la organización.

Entonces, en 2002, fundó el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), junto a poco más de 10 personas.

Con su ímpetu ideológico y juvenil, transitó los siguientes años a bordo de esta organización, logrando importantes negociaciones con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Con Aníbal Ibarra, con Mauricio Macri o con Horacio Rodríguez Larreta.

Grabois mantuvo un perfil apegado a los movimientos sociales y los más alejado posible de la política partidaria, por lo menos hasta 2018.

Quién es Juan Grabois

De esta manera, participó en la redacción de la Ley 1.854 de Basura Cero y de la Normativa Vigente para el Servicio de Recolección Diferenciada de Residuos Sólidos Urbanos en CABA.

Acciones que dieron entidad, dignidad y derechos laborales a los cartoneros.

Su principal objetivo era que pudieran sortear a los intermediarios, es decir, a los policías que les cobraban coimas para trabajar, a los dueños de galpones y a los propietarios de vehículos de traslado, entre otros.

También, terminar con el trabajo infantil en el sector, algo que asegura que tuvo una fuerte mejoría.

El movimiento no paró de crecer, y tampoco la organización: en 2011 participó en la creación de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), junto a reconocidos dirigentes sociales como Emilio Pérsico y Gustavo Vera.

Un intento de agrupar a los trabajadores excluidos en un gremio que los habilite a reclamar legalmente frente a las autoridades.

Quién es Juan Grabois

Se convirtió formalmente en sindicato con la llegada de Alberto Fernández a la presidencia en 2019, mutando su nombre a Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP).

Durante la era Macri, el CTEP, junto a otras organizaciones, consiguió la sanción de la Ley de Emergencia Social, enfocada en el compromiso estatal de otorgar 30 mil millones de pesos a la economía popular en tres años.

La academia y la sotana

Mientras desarrollaba su historial militante, Juan se formó personal, académica, profesional e ideológicamente.

Se recibió de abogado en la UBA y de Licenciado en Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de Quilmes.

También es traductor de inglés y trabaja como docente en la Facultad de Derecho.

Pero hay otra formación que lo caracteriza, aquella que Cristina Pérez usó con ironía: la eclesiástica.

Grabois conoció a Francisco cuando era Jorge Bergoglio.

En el 2005, como arzobispo y cardenal primado, el actual Papa comenzó a acompañar los reclamos de los cartoneros y otros trabajadores excluidos.

Quién es Juan Grabois

Desde ese momento formaron un vínculo que llevó a Grabois a colaborar, a partir del 2016, como consultor en el Consejo Pontificio de Justicia y Paz del Vaticano.

Cinco años después, la máxima autoridad de la Iglesia Católica lo nombró miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, una división que trabaja por la inclusión social y la protección ambiental.

Juan tiene formación e impulso cristiano, así como la habilidad de integrarlo con el marxismo, la izquierda y la lucha de clases sin generar contradicciones.

Suele englobar ese cóctel en la figura del humanismo.

En su discurso, puede citar a Santo Tomás de Aquino, a Karl Marx, al Papa Francisco y a Aristóteles en el mismo razonamiento.

Su hilo conductor, su punto nodal es el humanismo, entendido en el doble sentido del ser humano y la tierra.

Bajo la triple T ha promovido su carrera militante y política: Tierra, Techo y Trabajo.

Se propone actualizar las doctrinas del marxismo, muy útiles para los obreros europeos del siglo XIX, a la coyuntura actual, protagonizada, según dice, por una nueva revolución industrial: la tecnológica.

Juega a dos puntas: es tanto el conservadurismo que caracteriza a la iglesia como el progresismo que encabeza Ofelia Fernández.

Un cruce que puede incomodar por izquierda o por derecha pero que, en fin, no se aleja tanto de la doctrina peronista clásica.

En un hipotético crossover temporal, tal vez Grabois se sintiera cómodo con el movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, aquel grupo de curas a favor de la renovación de la iglesia propuesta por el Concilio Vaticano II, del que formaba parte el legendario padre Mugica

Quién es Juan Grabois, la cara de la inmoralidad

Grabois puede sentarse y reflexionar sobre historia, derecho, teología, lucha de clases, economía popular y política.

Pero también puede ser incisivo. Muy incisivo.

Es un hombre reflexivo y de acción a la vez.

Un pensador que a veces es dominado por las emociones.

Quién es Juan Grabois

En los últimos años, se convirtió en el chivo expiatorio de la inmoralidad que construyen los medios.

Es la cara visible de los cortes, las tomas de tierras y la población «planera».

No importa que no tenga nada que ver con un hecho puntual, es el representante de los reclamos ilegales en Argentina.

Ahí lo puso, entre otros y otras, Cristina Pérez, cuando le endilgó una toma de tierras al sur de Mar del Plata, las cuales fueron cedidas por la Agencia de Administración de Bienes del Estado para realizar un proyecto agroecológico.

Fue la causa de su última indignación mediática, que se volvió viral en todas las plataformas.

Lo cierto es que Grabois formó parte de acciones directas, como el apoyo a Dolores Etchevehere en su disputa familiar por la herencia de la estancia Casa Nueva o el acampe en Lago Escondido, donde el magnate inglés Joe Lewis aún prohíbe ilegalmente el acceso público.

También viajó a Bolivia a finales del 2019, momento de la crisis política y el golpe de Estado que destituyó a Evo Morales.

Grabois es el centro de atención en cada protesta, marcha o corte donde participa físicamente o donde se encuentra alguna de sus organizaciones.

Lejos de escapar de tales caracterizaciones, se hace cargo y hasta revierte la fórmula: en su último libro, Los Peores, publicado en 2022, analiza los frecuentes ataques mediáticos, los cita de manera explícita y se pone en la voz de los pobres, los excluidos y todo el sector estigmatizado por el discurso público.

Los Peores es un alegato de defensa y, además, un libro de campaña, donde expone las propuestas fundamentales de su proyecto hacia la presidencia.

Quién es Juan Grabois, el candidato a presidente en 2023

 Grabois no es un conformista.

Siempre va por más.

De la militancia profunda a la negociación estatal.

De la formación de gremios a la organización partidaria.

Tras muchos años sin afiliación directa a ningún partido político, aunque siempre más cercano al peronismo-kirchnerismo, en el 2018 armó su primera agrupación, el Frente Patria Grande.

Quién es Juan Grabois

Sin postularse a cargos directos, llevó al Congreso a la primera diputada cartonera, Natalia Zaracho, y al joven referente de CTEP, Federico Fagioli.

Aunque la visibilidad más grande se la dio Ofelia Fernández, integrante del Frente y legisladora más joven de la historia latinoamericana.

En la gestión concreta, el bloque impulsó leyes como el Salario Básico Universal, proyecto principal de Grabois, la Ley de Envases, con fines ambientales y en favor del sistema de reciclado, y la Ley Nacional para Personas en Situación de Calle y Familias sin Techo, que busca implementar políticas activas para que todas las personas accedan a una vivienda digna.

Sin embargo, en agosto del 2022, el Frente Patria Grande se separó del bloque oficialista en Diputados, tras las primeras políticas de Sergio Massa a cargo de la economía.

Juan declaró que “nos decepcionaron, nos dijeron que iba a haber algo para los más pobres y no hubo nada”.

En 2023 cumple 40 años, mientras se celebra la primera década de Bergoglio como Papa Francisco.

Los números redondos probablemente lo atraigan, aunque lo más llamativo llega por el «23».

Su leitmotiv de campaña, Juan XXIII, cierra a la perfección con aquella reforma de la iglesia impulsada en el Concilio Vaticano II, esa donde el padre Mugica se adhirió, junto a los sacerdotes tercermundistas. Juan XXIII fue el pontífice máximo entre 1958 y 1963, promotor de la reforma y conocido como «el Papa bueno», por su carácter agradable y sencillo.

Juan Grabois, en el 2023, retoma el guante reformista y se postula para presidente bajo su doctrina católica, marxista y humanista.

Quién es Juan Grabois

 

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