Nathy Peluso es argentina, pero se mudó con su familia a España los primeros años del 2000, durante el éxodo de migraciones. Su amor por la música fue desde siempre. Aquella niña les hacía shows a sus padres y hermana, y esas fueron las raíces de esta flor que hoy agota una fecha tras otra en su gira por Argentina en Noviembre, donde presentará su nuevo EP “La Sandunguera”.
Mientras el feminismo alza su voz, ella esquiva las etiquetas. De un modo natural, rimando y sintiendo, sus letras y movimientos son la fuerza de un tornado. Una performance que fusiona estilos y deja a cualquiera maravillado. “Yo sigo mi feel”, natural y espontánea, nunca dudó a lo que se quería dedicar. Amante de la teatralidad, no falta oportunidad para verla personificando una mujer de acento centroamericano. Nathy fusiona la sangre latina, con el hip-hop y el deseo de hacer música de calidad, y esto es percibido por un público que en muy poco tiempo le ha demostrado gran admiración.
¿Cómo fue tu acercamiento a la música?
Desde chiquita mi mamá me hizo relacionarme con la música, de todas las maneras posibles. Ya sea mediante el aprendizaje, el ocio; siempre estábamos en contacto con la música y la danza. Yendo al jardín, cantando canciones o en casa haciéndoles shows a mi familia. Los sentaba y los ponía a bailar, desde los tres años más o menos.
Contame sobre tu formación artística
Hice clases de danza jazz de chiquita. Estuve muchos años en un coro. Hice 9 años en gimnasia rítmica, es decir que estaba en relación con el movimiento. Pero siempre he sido muy autodidacta. Todo lo que fui haciendo era como un hobbie para alimentar esas ganas de arte, pero a mi la teoría siempre me la infló bastante. El arte se encuentra en uno mismo, la teoría solo puede complementar la base necesaria de la que se compone el arte. La teoría que cambió mi perspectiva de la vida, fue mi carrera de Teatro Físico, que hice durante 4 años. Ahí estudié del movimiento y desarrollé mucho esa libertad que tenía adentro, por medio del movimiento y el sonido.
Podes tener mucha teoría, pero el arte necesitas sentirlo…
Si, conozco muchos músicos de conservatorio que han estudiado muchos años pero no me provocan nada en un escenario. A lo que voy es que hay gente que no sabe nada de teoría, pero te hace sentir más intensidad o te llega más lo que hace. Capaz porque no está tan cohibido por esa teoría que te imponen. Lo bueno de la teoría es agarrar de esa sabiduría lo que vos quieras, no dejar que te cohiba.
¿Cuál es el foco de tu mensaje?
Me enfoco primero en el arte de calidad. No hablo de teoría, hablo de que el arte te haga sentir cosas, que te mueva del lugar, que te motive para encontrar algo adentro tuyo. Y luego obviamente tener por bandera hacer todo con sinceridad y la libertad que yo siento de hacer esto, y ese amor y respeto hacia todo lo que involucre mi música y mi propuesta.
Es atrapante, porque tenés mensajes con más carga, pero después sorprendes con un Soul super erótico pidiendo “Gimme some pizza”¿Cómo se dio esta letra en particular?
Fue con Peter Party, el productor del disco, que teníamos esa música hermosa que él había compuesto. A mi con un amigo se nos había ocurrido esa frase para un concierto. La cantaba en los shows más underground que hacía y tenía mucho éxito. Por eso lo quise meter en el disco porque esa letra no tenía fallo: esto es pura pasión, la pizza es el amor de mi vida y ¿Por qué no plantear un tema tan romántico? Si lo escuchas sin la letra es una canción re sensual. Es jugar con esa ironía y esa gracia que yo tengo adentro que no la puedo evitar, es una faceta cómica que me encanta. Es la reivindicación de que comer también puede ser sexy.
«A la hora de la creación no me guío por las etiquetas, me guío más por mi interior y ponerle sonido a eso que estoy sintiendo.»
Y hablando del disco ¿Cuál es la esencia de La Sandunguera?
Hay muchas porque cada canción es una muy distinta. La pasión sin dudas. Yo creo que cada uno puede tener una percepción, es un disco con un concepto muy claro, que es “La Sandunguera” pero es mi concepto de la sandunguera no tal vez como la gente la puede concebir, como una salserita siempre contenta. Ese concepto es atravesado por todas mis emociones. Es un disco cortito que cada canción tiene una sensación muy concreta, es un camino por diferentes emociones, cada cosa te indica algo del interior. Termina con “La passione” que puede ser el desenfoque de toda mi alma en esa canción, es lo que se va a venir, esa nueva faceta mía.
¿Con las etiquetas como te llevas?
No tengo ninguna relación. Las identifico porque ayudan a esquematizar el mundo pero no me siento ligada a ellas en ningún punto. Lo único para lo que me sirven es buscar música en Spotify y para a veces referirte a algo. A la hora de la creación no me guío por las etiquetas, me guío más por mi interior y ponerle sonido a eso que estoy sintiendo. Al acotar en etiquetas simplemente pones barreras. Son necesarias porque la mente del ser humano necesita codificarse, esquematizar, entender de manera simple las cosas pero a la hora de ser un artista, yo huyo de ellas porque no me llevan a ningun lado, solo me pone barreras, me delimitan.
¿Qué te molesta o enoja del mundo artístico?
El respeto que se le da a la música es algo que me entristece diariamente. Debo decir que siempre hay gente velando por la calidad y por el respeto a esta fuerza del mundo que es la música, pero por lo general, hablo de la masa, la radio y lo mainstream, a veces me avergüenza un poco porque veo que se ha perdido esa esencia tan especial que había antes: los buenos en vivo, las buenas voces, las letras, la buena esencia, el buen sentimiento; hacer música sin más pretensión que hacer. Después llegaba la fama y la plata, pero la gente no hacía música por la plata, lo hacía por que lo sentía. Un James Brown, Nina Simone, te hablo de artistas que todos conocen. E incluso una Whitney Houston fueron gente que realmente eran artistas y velaban primero por la música, luego se hacía comercial. Pero ahora lo comercial llevó a que la música es un producto para hacer conocido tu ego y alimentarlo de por vida, no por la música.
¿Sentiste duda en algún momento?
Duda no he tenido nunca. Capaz he tenido alguna inseguridad pero no de mi, sino de lo que el mundo me podía deparar y yo mismita me la comí, me la guisé con cebollita y he seguido para adelante.
«Ahora lo comercial llevó a que la música es un producto para hacer conocido tu ego y alimentarlo de por vida, no por la música.»
¿Sos muy autocrítica?
Re! Soy un diablo encendido! De hecho siempre estoy aprendiendo a ser más buena conmigo misma. Siempre hacia el lado positivo, ver cosas importantes de mi persona, de mi interior, soy una psicóloga constante. Es también lo que me ha llevado a donde estoy, el ser muy exigente con mi interior, con mis emociones, con mi trabajo sobretodo. Todo desde el punto del disfrute: aprovechalo, aprendé y la próxima será mejor. Se puede ser autocrítica sin ser mala con una misma. La palabra está vista como algo negativo porque hay gente que lo hace malamente. Siempre la autocrítica tiene que ser para evolucionar no para quedarte en la frustración, al contrario la autocrítica positiva es la que te hace florecer, conocerte, explorarte.
¿Que más te gusta hacer?
Cuando tengo tiempo me gusta ver películas, pero las que son hasta los 2000, más adelante no. Me gusta mucho el cine entre los ‘40 y los ‘90, las actuales me aburren un poco a no ser que sean muy buenas. Las pelis en blanco y negro me encantan, pero si te soy re sincera lo único que hago es escuchar música, es mi vida, trabajando y sin trabajar, es realmente todo lo que tengo. Siempre estoy escuchando música y de alguna manera u otra estoy inspirándome para mi trabajo, es alimentarme todo el tiempo de eso ¡Y comer! ¡Me encanta comer!
Contame sobre tu pasión por la salsa y la cultura centroamericana
Tuve muchos maestros cubanos. Me han enseñado no directamente, sino relacionándose conmigo, su cultura, su música, su sabrosura. Estudié con muchos dominicanos y tuve muchos amigos latinos, a mi me encanta hacer personajes, soy muy teatral. Depende lo que tenga que decir siempre me ha gustado jugar con esos acentos. La Sandunguera es una latina, que viene de la salsa, del sabor. Es algo super natural, me sale porque me he criado con eso, todos mis profesores de teatro físico eran cubanos, en el Instituto de Alicia Alonso donde estudié. Toda mi vida estuve relacionada con Cuba, tengo eso en la sangre, en mi vida, en mi experiencia, en mi línea del tiempo.
¿Cómo te preparás para la gira en Argentina?
Con muchas ganas, mucha ilusión, muy muy ansiosa de llegar y poder disfrutar con ustedes. Soy consciente del amor que me tienen en Argentina, cruza el océano y me llega, es increíble. Muero de ganas de estar ahí y compartir esto que siento porque es muy fuerte, es algo muy extraño sentir que sos importante para tanta gente, tus letras, tu persona. Muero por juntarme con toda esa gente y experimentar eso desde cerca.
¿Te esperabas este éxito?
Si la verdad que más que esperarlo, lo proyecté. Nunca me sorprendió es así: ”that’s right, that’s you’r work, that’s you’r destiny and work in it porque ¡Esto no es nada todavía!”
Esa fue mi mentalidad, obviamente siempre desde el agradecimiento de estar siendo tan importante para una generación y para la música ¡Qué ilusión! Siempre desde mi seguridad y querer ir por más, querer significar más para todo esto, hacer algo realmente hermoso por la música, no por mi, mi ego está más que saciado, con todo el amor que recibo. Quiero hacer cosas muy grandes para darle al mundo cosas muy hermosas para que se recuerden, para que nuestros nietos y tataranietos escuchen nuestra música y flasheen.
Y a mi público también, a ellos les debo toda mi carrera y por eso me desvivo en mis en vivo y les doy todo. Por eso no quiero parar de crecer y hacer música para ofrecerles lo mejor de mi
Fotos: Cortesía prensa
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