Hernán Cattáneo en una charla íntima con Revista G7.
El marketing personal.
Yo no lo necesité porque ya era un DJ conocido cuando nació My Space, pero de ahí para acá conozco un montón de carreras que se han generado en base a eso.
Obvio que también tienen que tener un poco de talento, pero quizás no tanto como otros y lo suplen por ese lado.
Hay tipos talentosos que son muy malos en cuanto al manejo social, no solo en redes si no también socialmente.
Estuviste mucho tiempo afuera y volviste a Argentina ¿hace cuánto? ¿Por qué decidiste volver? ¿Con que te encontraste en lo que tiene que ver con tu rubro? ¿Cómo lo vivís vos siendo parte de este mundo?
Estuve 16 viviendo entre Inglaterra y España.
Tuvimos a mis hijas y empezamos a pensar en que hay un factor emocional y sentimental argentino que es muy difícil de encontrar en otro lado, aunque Europa está buenísimo y el estándar de vida es genial y todo funciona.
Con mi mujer sentíamos que eso que era muy importante.
Yo tengo la ventaja y la carta en la mano de que viva donde viva, trabajo en todo el mundo.
Llegué recién de Australia, este finde me voy a Perú, después hago un show acá y me voy a Estados Unidos, después Japón, todo el tiempo estoy dando vueltas.
A mí en el trabajo no me iba a afectar demasiado.
Cuando pensamos en volver acá pensé que, de paso, si puedo, iba a entrar un poco más en Argentina, hacer más shows en Sudamérica, viajar un poco menos. Argentinizar un poco más mi carrera de DJ que está muy internacionalizada.
¿Qué pasó? Justo en el momento que llegamos pasó lo de Time Warp. De milagro yo no estaba acá, sino en Inglaterra poniendo música, pero me podía haber pasado a mí.
La verdad que eso fue un golpe enorme para la escena electrónica porque ya de por sí no tenía muy buena imagen y todo lo que pasó fue como un Cromañón para los espectáculos de rock.
Mucho de los que se dijo en ese momento era real y mucho no. Ahí me junté con Cruz Pereyra y le dije «Tenemos que buscar una forma de dar vuelta esto, no puede ser».
Lo primero que pensamos es que, si la gente piensa a la música electrónica en un cuadrado oscuro con humo, saquémoslo de ahí.
Ahí surgió lo de hacer shows en el Teatro Colon, música electrónica con orquesta.
Obviamente llovieron prejuicios de todos lados, pero fuimos cabezas duras y ganamos la apuesta, nos permitieron hacerlo y fue un boom. Terminó tan bien que después a los dos meses me hicieron ciudadano ilustre de la Ciudad. Pasas de un extremo al otro.
¿Qué te genera eso?
Da un poco de bronca.
¿Por qué ahora si yo siempre hice lo mismo?
No es que ahora soy un santo y antes era el diablo.
Son las reglas de juego y las entiendo. Yo no puedo quejarme de que la gente no sepa de la música electrónica porque yo no sé de muchas cosas.
Quizás hay cosas que yo también tengo preconcepto y no es tan así. Lo único que me molestaba es que lo que pasa en la noche es un problema social en general, en el rock, en el pop en el latino, unos toman alcohol y otros toman drogas, pero el tema es enseñar a la gente que se cuide y no que no escuche una música.
En los países más avanzados, de los que deberíamos aprender, dicen ya sabemos que los chicos en determinada edad toman drogas, ¿Cómo hacemos para que no se muera ninguno y aprendan o se cuiden? Ese es el camino. Lo mismo pasa con el fútbol, el secreto no es prohibirlo.
Hay un tema cultural, de educación, millones de temas que resolver antes de decir que van a prohibir. Me parece que lo que hicieron en el Colon fue un buen gesto para el universo de la música electrónica y para derribar un montón de prejuicios.
Todos teníamos al Colon como el escenario máximo de Argentina, un respeto enorme y una cosa que nunca soñas que va a pasar, sí tocar en el Luna Park, pero no en el Colón. Estuvimos un año preparándonos, lo dimos todo y salió buenísimo. Es más que soñado, es único y probablemente va a ser el highlight de mi carrera. Aunque lo volvamos a hacer éste fue especialísimo porque era la primera vez.
Las personas que fueron a ver esos shows ¿tenían que ver con el mundo de la música electrónica o también el Colon te abrió las puertas a otro público?
Es una respuesta un poco amplia porque te voy a enganchar con otra cosa que estamos por hacer, pero tiene que ver.
Por un lado, la mitad del público era electrónico, gente joven que ya sabe lo que hacemos, a la que no hay que demostrarle nada, pero le interesaba verme a mí haciendo un show con una orquesta. Después hay un montón de gente que le gusta la música electrónica o le gusta lo que hago, pero no se va a ir a meter a una fiesta electrónica a ver un DJ. También alguna gente grande curiosa, gente que va al Colon a ver qué van a hacer estos tipos. La verdad que el show estaba bien cuidado.Hicimos todo lo posible y explicando 15 días antes en la prensa de que era música electrónica en otro formato. Afortunadamente te diría que el 95% de la gente se fue feliz, no lo digo yo, sino que me lo dijeron los directores del Colón, porque era un show muy agradable de escuchar. Llenamos todo de melodía y sacamos la parte de ritmo lo máximo posible porque la gente no iba a bailar, estaba sentada. Teníamos un arreglador y director de la orquesta que se llama Gerardo Gardelin, que hizo un trabajo espectacular de agarrar canciones de música electrónica que tienen 4 o 5 instrumentos y convertirlas en 50 instrumentos para la orquesta. La gente escuchó música electrónica de una forma que no había escuchado nunca y a la mayoría le encantó, y yo estaba seguro de que eso iba a pasar. El único tema que nos generaba un poquito de incertidumbre era cómo se iba a comportar la gente, yo era optimista pero no estaba garantizado. Tuvimos suerte de que todo salió bien. Tuvimos menos ensayos de los que hubiéramos querido y estábamos todos bastante nerviosos, sobre todo el primer día. Yo bajé 5 kilos en esa semana y no por no comer, por la mezcla de ansiedad y angustia porque nos jugábamos la vida. Yo estaba en el escenario el primer día, y adelante mío estaba mi mamá, mis hermanas, mi mujer y mis hijas. Si eso salía mal me mataba porque avergonzarme enfrente de mi familia hubiera sido lo peor.
¿Qué podía pasar que salga mal? No iba a pasar.
Las cosas técnicas, viste cómo son.
Tuvimos cuatro ensayos y yo hubiera sido feliz con 10. Soy muy detallista con la música, no tanto conmigo o con mis cosas, pero con lo que hago sí.
No tengo mucho ego como persona, pero sí tengo mucha dignidad y no me permitiría que algo salga mal porque no estuvo bien preparado.
Después nos invitaron al teatro Bicentenario de San Juan a hacer el mismo show, lo hicimos dos veces y salió buenísimo pero el primer día se cortó la luz en la mitad del show. No pudimos hacer nada porque se cortó en todo San Juan, pero si hubiera sido un cable mal conectado, me mataba.
¿Sentís que con estos shows reivindicaste la música electrónica para la opinión pública?
Supongamos que de 100 personas, 50 eran seguidores de la música electrónica y esos no necesitaban ni el Colón ni nada, ahora convencimos a 25 más . Todavía nos quedan 25.
Fotos: Fabián Sans.