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Fenna Frei. Alter Ego

Fenna Frei es el proyecto solista de la cantante, actriz, compositora y productora musical argentina Candela Cibrian. Artista multidisciplinaria, comenzó su carrera como actriz en obras musicales de gran éxito como “Drácula. El musical“ y a partir del 2016 inició este camino dentro de la música. Candela además forma parte de la Red de Mujeres en el Sonido. Hoy está presentando su nuevo álbum conceptual “Exilios”.

 Además de la comedia musical (que me imagino fue parte fundamental de tus primeros pasos artísticos) ¿qué músicos influyeron en tu estilo?
Una tía música me enseñó a tocar el piano a los 6 años y desde ese entonces sentí que era mi lugar. “Drácula” y ‘El Jorobado de París” (musicales de mi tío) me alienaban 24hs, pero a la vez en mi casa sonaba Charly, Serú Girán, Fito, Caetano, Troilo, The Police, Beatles y Madonna. También, como buena niña noventosa, me descaderaba bailando “Piel Morena”, “Wannabe” y los hits de mi década. Mezcla de mundo pop, con rock nacional de 70’s y 80’s, comedia musical y nostalgia tanguera. La música de la infancia y adolescencia definitivamente conviven entrelíneas. De más grande me cautivaron artistas como Spinetta, Bjork, Radiohead, Fiona Apple, Bill Evans, Regina Spektor, Bowie, Frank Zappa, Debussy, Ravel, Mussorgsky y tantxs mas. No considero que la comedia musical influya mi estilo actualmente. Sí lo hacen teatro y la escena en general (mucho viene de mis raíces Cibrian Campoy y mi corta experiencia como actriz). Definitivamente ha sido una etapa muy importante en mi vida, principalmente Drácula, pero nunca fui fan del género y son pocos los musicales que me encantan.

¿Cuál es la historia detrás del nombre de tu último álbum “Exilios”? ¿Qué son los Exilios?
Empezamos a producir este álbum corto sin saber hacia dónde iba a ir, pero con una necesidad de contar algo genuino, con una estética artesanal (sin usar sonidos prefabricados) y unificada. Es decir: si la realidad que queríamos contar en una canción era incómoda, eso se vería reflejado en la música, sin necesidad de hacerla encajar en un estándar o en un clima necesariamente agradable. Es por eso que varias de las canciones del disco no responden a este tipo de estructuras.  Desde lo musical fue mi co-productor Santiago Iezzi quien insistió mucho con esta identidad sonora homogénea y produjimos todo el EP con esa convicción. Lo argumental debía seguir una línea parecida, pero nunca estuvo definido ni tampoco se mencionó la palabra exilio. Lo único que tenía claro era que no iba a hablar solamente de mis propias experiencias: quería abarcar temáticas que pudieran resonar en cuerpos, mentes y realidades diversas. Creo que no es casual haber compuesto esto en paralelo al estado de emergencia cultural que estábamos atravesado en la Argentina y a la gran crisis de Latinoamérica del 2019. Supongo que esta necesidad de exiliar habrá sido la que más me atravesó y me conectó con esa “angustia colectiva”.

Exilios puede resumirse en una línea argumental que comienza por una necesidad de una liberación (“Águila”), la pérdida de identidad, el encierro y el vacío existencial (“Fuente”) un exilio o escape, búsqueda de nuevo aire (“Exilio”)  el trauma y el post-trauma, la dicotomía de no confiar más y la necesidad de sanar (“Trigo”) y concluye con el renacer, elevarse o reinventarse (“Globos”).

¿Por qué el formato del álbum corto? ¿Qué te motivó a elegirlo?
La cantidad de canciones se determinó sola (la modernidad acompañó). Podría decirse que el formato nos eligió? Prefiero catalogarlo como un álbum conceptual, una obra de 16 minutos para escuchar atentamente de principio a fin; un universo de catarsis sonora, de pop de posguerra. Lo que puedo decir es que no es un álbum para escuchar de fondo.

Algunos medios ubican tu obra en el género pop electrónico, pero se notan influencias de muchos otros estilos en tu música. ¿Estás contenta con tus cualidades eclécticas?
Respecto a mis cualidades eclécticas, para muchas ocasiones me sirve y para muchas otras lo detesto. De hecho trabajo y puedo vivir de ser cantante y compositora/productora de otrxs artistas gracias a ser tan camaleónica, pero es algo que luego intento desaprender para no dejar instalarse fórmulas y tendencias. Como aprendí en mi terapia y de mis amigas astrofans, es mi naturaleza y no tiene sentido confrontarla ni forzarla.

Noto en eso música nacional ¿Que estilos autóctonos disfrutas más?
Rock nacional entre 60s y 80s, pop alternativo y algo de folclore del más primitivo.

¿Con qué conceptos y géneros musicales te gustaría experimentar en un futuro?
Siempre quise experimentar con piezas corales y electrónica experimental. También tengo pendiente explorar mi lado más “cantautoril” despojado. Por otro lado, le tengo muchas ganas a la producción desde Ableton Live que es un software que solo vengo usando para tocar en vivo, pero se que es una herramienta creativa que definitivamente puede cambiar la dinámica, estética y resultados de la producción de mis canciones.

Hablando de eclecticismo, te dedicaste a varias disciplinas artísticas. ¿Hay algunas que el público general aún desconoce?
Estoy convencida de que quien me haya visto en Drácula haciendo el papel de Mina se sorprendería al verme trabajando en el audio y la producción musical y viceversa. Lo que sí creo que puede llegar a desconocer la mayoría del público, es mi faceta de cantante sesionista multigénero e imitadora de cantantes que es mi trabajo fijo. Para este tipo de trabajos suelo usar un seudónimo “Della” para nunca levantar la perdiz, jaja. Hay unos reels que pueden encontrar en mi carta de timbres en mi perfil de Soundbetter que es la plataforma de músicxs freelancers para la que trabajo.

¿Qué significa el teatro en tu vida?
Estudiar y hacer teatro fue como descubrir el sentido de hacer arte en cualquier contexto; el núcleo de mi identidad artística. Desde la perspectiva escénica, me resulta imposible concebir el rol de unx cantante/intérprete que no haya transitado y experimentado el teatro como una disciplina autónoma de aprender a habitar un cuerpo en un espacio ficticio. Desde lo creativo, además de verlo como una disciplina, lo vivo como un camino de exploración personal y filosófico que me conecta profundamente con la sinceridad y la crudeza de lo que quiero comunicar. “Sostenga” es una de las frases que aprendí en mi escuela El Brio Teatro y que repito como un mantra.

¿Cuánta teatralidad hay en tu música?
Toda la que puedo.

¿En qué elementos de tus producciones juega la influencia familiar y dónde no?
Creo que la influencia familiar es constante: soy nieta de actores, pero también hija de una madre pionera en la mediación y un padre visionario en la tecnología. Ambas sus profesiones y liderazgos me influenciaron y me representan, como el teatro y la música de parte de mis tíos. Me distancia quizás mi faceta más experimental y disruptiva.

¿Cuáles son las diferencias entre Fenna Frei y Candela Cibrian?
Fenna frei es una sola cosa: es una artista que puede permitirse ser coherente y disruptiva en lo creativo y misteriosa en la estética y la comunicación (mi alter ego). Candela Cibrian son muchas cosas porque vive de esta profesión y construye diversos personajes desde y hacia ello. Ambas militan feminismo y luchan contra la discriminación e inequidad laboral en el rubro de la música y el sonido (RMS, Red Mujeres y disidencias en el Sonido): allí no hay diferencias.

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