El pasado 23 de julio del 2022, Eugenio Cuttica presentó su nueva colección Serendipia, en Campo Cuttica, una reserva ecológica de 40 acres en Flanders, a diez kilómetros de Southampton, Nueva York.
Campo Cuttica consta de varios estudios para artistas en donde trabaja toda la familia Cuttica (Eugenio con sus hijos, su mujer Ruth y su nuera), como también trabajan otras artistas.
La galería de arte principal de la propiedad era antiguamente una granja de patos.
Hoy en día es en donde se hacen las exposiciones y eventos (que normalmente se realizan en la temporada de verano).
A la muestra concurrieron más de 400 invitados: artistas, empresarios, diseñadores y músicos, entre otros.
El evento también contó con la presentación del pianista y artista musical Axel Quincke.
Los invitados recorrieron todos los espacios y talleres del Campo Cuttica. Disfrutaron de cocteles y de las obras de Eugenio.
En agosto presentaron sus obras Franco y Lautaro Cuttica e Isadora Capraro, con el concierto de piano de Axel Quincke nuevamente.
Y en septiembre se presentará el artista local Charles Wildbank.
Campo Cuttica es un espacio de arte en constante movimiento que recibe artistas de todo el mundo.
Contanos sobre Serendipia…
La palabra serendipia viene del latín, en una sola palabra significa encontrar belleza sin estar buscándola.
Belleza que aparece como una epifanía de golpe, sin tratar de encontrarla, belleza que sucede porque sí.
La muestra se llama así porque estoy en ese estado, de ataraxia -que es un estado mental sin perturbaciones- para estar atento a la aparición de la belleza en los lugares más inesperados.
La belleza en ese caso es más sublime, se da con mucha más fuerza, cuando está rodeado de la sombra o fealdad.
Belleza para la que hay que estar muy alerta para encontrarla.
¿De dónde viene y hacia dónde va la muestra? En mayo se expuso en Buenos Aires…
En mayo hice una muestra en un hotel, un lugar un poco atípico, pero les debía un gran favor a coleccionistas dueños de hoteles que siempre me alojan en mis viajes a Buenos Aires.
Entonces hicimos esa muestra, que tuvo una repercusión tremenda en prensa, televisión y en todos los medios.
El nombre del hotel salió en todas partes y se empezó a transformar como en un lugar de peregrinación. Empezó a haber movimiento continuo de gente que duró semanas.
Fue inesperado por el tipo de lugar donde se hizo y la repercusión inusual que tuvo.
Ahora la estoy haciendo aquí en Westhampton en New York.
Ayer hicimos la inauguración de Serendipia aquí. Habrán venido unas 400 personas: coleccionistas, curadores, amigos, artistas, músicos y periodistas.
Esta muestra va a ir a un museo en la ciudad de Sevilla, en España, en Abril del 2023, para lo cual estoy trabajando con 2 curadoras muy profesionales. Una vive en Luxemburgo y otra en Sevilla; Reyes y Violeta.
Estamos preparando para enviar las obras desde NY para Sevilla.
¿Cómo es tu vida en NY? ¿Es una ciudad que te inspira?
Siempre me inspiró, es la utopía de la torre de Babel.
Una ciudad donde todos hablan idiomas diferentes pero se comunican igual.
Por ejemplo, ayer en la inauguración había gente de Costa Rica, Panamá, Miami, NY, BsAs, España, Italia, Colombia, Brasil; eso es lo que más me inspira, estar en presencia y de forma tangible con una especie de ejemplo de la humanidad como una gran familia.
Sin divisiones políticas, sin fronteras que nos dividan, todos unidos a través de un solo lenguaje, el arte, que pasa por encima de todo y es lo más importante
¿Cómo ves Argentina hoy?
No la veo bien, ya no siento que es mi país, el país de cuando yo era chico, creo que ya no queda nada de ese país maravilloso que era.
Cuando mi familia se trasladó de Italia a la Argentina a principios de Siglo XX venían huyendo de Mussolini.
Fueron hasta el puerto de Génova y había dos barcos uno iba al puerto de Estados Unidos y otro a Argentina.
Ellos huían porque los estaban matando, habían matado a tres tíos abuelos.
Entonces empezó la discusión sobre qué barco tomar.
Finalmente no se pusieron de acuerdo y la mitad de la familia tomó el barco que iba a Estados Unidos y la mitad el que iba a Argentina
¿Qué significa? En aquel momento los dos países eran prósperos por igual y había grandes similitudes entre la potencia de América del Norte y la del Sur.
Con el transcurrir de los años, se fue distanciando esa igualdad que tenían.
EEUU sigue siendo el país próspero de las oportunidades incluso hoy, Argentina dejó de serlo.
Argentina se convirtió, en vez de en un país de inmigración, esperanza y progreso, en un país de emigración.
Los argentinos se están yendo de la Argentina.
Entonces para mí ya no es La Argentina, incluso me atrevo a decir que extraño a La Argentina cuando estoy en Argentina.
Me siento más en aquella Argentina próspera que conocí de chico cuando estoy en EEUU.
Me atrevo a decirlo porque sé que es un comentario álgido, que puede molestar, pero es así, lo que siento.
Tengo ese sentimiento de libertad, ese sentimiento ecuménico, de país generoso, de seguridad, de justicia, protección que tenía cuando era chico en Argentina y que ahora lo tengo que buscar en otro lado.
¿Cómo ves el arte hoy? Tanto en Nueva York como Buenos Aires
New York es tan grande, la propuesta cultural es tan vasta, hay tantas superposiciones culturales, simultáneas que convergen en un mismo tiempo.
Se pueden encontrar todos los estilos, todas las vanguardias, todo lo novedoso y todo lo clásico, exponiéndose al mismo tiempo, por lo tanto no creo que haya un arte en NY; el arte de NY es el arte del mundo.
Es el arte que hacen los italianos, españoles, franceses, ingleses, colombianos, argentinos que van a New York.
Cada uno lleva parte de su cultura y trata de adaptarse a una cultura de NY que es una suma de factores que hace un factor que tiene otro nombre que es esta amalgama de diversidades en un solo lugar, esa es New York.
En Argentina, lamentablemente, veo que hay toda una intención de adoctrinamiento a través de ocupar lugares de gestión del arte y la cultura por parte de un sector político que discrimina a cualquier otro sector que piense distinto.
En Argentina en este momento hay censura en las redes sociales.
Lo curioso de esto es que nadie se indigna, todo el mundo lo acepta, baja la cabeza mansamente ante este atropello a la libertad de expresión.
Digo esto porque la expresión está íntimamente unida con el arte.
La mitad del arte está censurado y está habiendo una sustitución de un arte fraudulento como operación de marketing, de un arte ready made, de un arte de objeto ordinario presentado en lugares de validación, nada más que para llenar los bolsillos de los funcionarios culturales quedándose con los abultados de supuestos, de muestras incentivadas por el Ministerio de Cultura, utilizando el 10% de los presupuestos para las muestras, muy empobrecidas por cierto, y el 90% del presupuesto de esos contribuyentes desaparece.
Así es como veo que está en este momento el arte de la Argentina.
Tu mensaje para la nueva generación de artistas…
Parecería que hoy en día en Argentina se ha impuesto el concepto de que para ser un artista no hace falta ser un artista.
Curadores y gestores del arte le dicen a los artistas entrecomilladamente lo que tienen que hacer.
La situación que se presenta es que los que no hacen le dicen lo que tienen que hacer a los que hacen con el consiguiente resultado de un arte que no es arte, como en una especie de operación marketinera enlatada.
Mi recomendación para los jóvenes es la siguiente: trabajen a morir.
Estudien, sean los peores y más rigurosos jefes de sí mismos, sean disciplinados, trabajen si pueden 20 horas por día, estudien filosofía, epistemología, semiología, hagan de su propia vida el objeto de su arte, hagan de su vida un arte y después todo lo que hagan va a ser arte de maestría y finalmente van a poder encontrar algo. Yo tengo colegas que están abandonados en una plaza solos, jugando al dominó.
Me siento un joven de 65 años, porque la juventud se mide de acuerdo a los proyectos que uno tiene. A mí no me alcanza la vida para hacer los proyectos que tengo para hacer. Estoy rodeado de jóvenes artistas, todos ellos súper educados para su edad, que adhieren al pensamiento creativo, y rodeado de ese tipo de gente es como siempre he querido vivir.
Lo que pueden encontrar si hacen el gran esfuerzo durante medio siglo de trabajo es llegar a ser lo que siempre quisieron ser, ese es el regalo, la recompensa, pero para eso hay que trabajar.
Fotos y nota: Cristian Altamirano @darkkristo
Textos: Agustina Angel