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Ear Inn Nyc: uno de los bares más antiguos de New York

Visitamos el reconocido bar EAR INN

Situado en la planta baja de una de las casas más antiguas de Nueva York, nos recibió uno de los dueños de Ear Inn NYC, el “Capitán Richard Perry Hayman” y nos narró la historia del primer bar de Nueva York.

Richard Perry Hayman EAR INN NYC

Si bien la casa fue construida en 1770, el año fue 1817, cuando la Ciudad de Nueva York se extendió sobre el área e hizo a esta casa parte de la ciudad. Solía ser un pueblo de tribus nativas americanas. La casa fue construida a la orilla del río Hudson, sobre la playa.

EAR INN NYC

Años atrás, tres de las casas vecinas cayeron al río, siendo esta la única casa que, a pesar de hundirse 2 metros en la arena, se mantuvo en pie. 

EAR INN NYC

Situado en el barrio del Soho y conocido como la histórica “James Brown House”.

Ear Inn es uno de los establecimientos de bebidas más antiguos de la Ciudad de Nueva York. El edificio fue construído para James Brown, un ayudante africano de George Washington durante la Guerra Revolucionaria. Se dice que está representado en la famosa pintura de Emmanuel Leutze del victorioso cruce del río Delaware. 

EAR INN NYC

Brown tuvo una carrera lucrativa en el comercio del tabaco, lo que le proporcionó la elegante casa adosada justo al final de la calle de Richmond Hill Estate en Washington, que más tarde albergó a John Adams y a Aaron Burr. 

En ese momento, la costa del río Hudson estaba a solo cinco pies de la puerta principal de Brown. Durante su vida, la ciudad se volvió cada vez más activa y el crecimiento exponencial de la economía naviera provocó cambios en el vecindario y en Manhattan en general.

El río se llenó hasta West Street y se construyeron nuevos muelles para facilitar el constante tráfico marítimo, atracando barcos de todas partes, desde California a China. 

Originalmente fue una popular cervecería, pero luego se transformó en lo que llamaban un “re-factory”: compraban barriles de vino, cerveza o, principalmente, whisky y los embotellaba para venderlos a los marineros que bajaban de los barcos. Estos paraban en la puerta del bar, ya que estaba a orillas del río. 

Tanto la casa como el bar funcionan hace más de 150 años.

En un pasado, el bar solía hacer su propia cerveza artesanal cada día, ya que en ese momento no existían los métodos actuales de refrigeración. Esta cerveza era la que comprarían en el bar los marineros. 

Con el paso de James Brown, el edificio dio los primeros pasos en su camino actual, saciando a los sedientos de una manera inigualable. A mediados del siglo XIX, Thomas Cooke vendía cerveza casera y jarras de whisky de maíz a una oleada constante de marineros.

A principios de siglo, la cervecería se transformó en un restaurante y se construyó un comedor donde una vez estuvieron el patio trasero y la letrina. La prohibición no disuadió al bar, que se convirtió en un bar clandestino durante el período de la ley seca obligatoria. 

El departamento de arriba

Se ha usado mucho como casa de huéspedes, guarida de contrabandistas, burdel y consultorio médico, pero la planta baja se ha mantenido en el negocio de servir comida y bebida sin pausa. 

Tras la prohibición, el bar reabrió sus puertas al público. No había nombre, porque no lo necesitaba. Su reputación como una casa club sin damas para que los marineros coman, beban, apuesten y se diviertan, trajo negocios de todo el mundo. Los clientes apodaron el bar sin título «La puerta verde» por razones obvias y el lema en ese entonces era «Conocido de costa a costa». 

El bar finalmente recibió un nombre cuando llegaron los actuales propietarios Martin Sheridan y Richard «Rip» Hayman.

Se hicieron cargo a finales de los años 70. Lo llamaron The Ear Inn para evitar la larga revisión de la nueva señalización por parte de la Comisión Landmark, simplemente dejaron de funcionar las partes redondeadas de la letra B del letrero de neón «BAR» y se transformó de una B a una E y dejaron que diga «EAR«. Y así nació una leyenda moderna. 

Richard «Rip» Hayman.

Nos cuenta que cuando él se mudó era un estudiante universitario y todavía vendían cerveza en caja, como un take-away para los marineros que bajaban de los barcos para venir al bar y comprar cerveza. Solía ser lo que llamaban un “working bar”: un bar al que se va a hacer negocios o compraventa. Cuando el se mudó era un bar de mañana: abría de 5 AM a 12 PM, de Lunes a Viernes.

No tenía horario nocturno y no había turistas, mujeres ni extraños. Solo hombres que fueran a trabajar y a hacer negocios. No se vendía comida, había una mesa de pool y una rocola que nunca se usaba. Había un cuarto en el fondo donde se guardaba dinero y armas porque todo se hacía con efectivo y era muy peligroso, además el barrio solía ser muy inseguro. De hecho, cuando el se mudó, los tiroteos eran moneda corriente. 

Cuando el se mudó al departamento de arriba del bar con sus compañeros de cuarto, el edificio se estaba yendo abajo, el techo estaba roto y llovía en el bar. Entonces, Richard entró y les dijo “si me dejan vivir arriba les arreglo el techo”—“algo en lo que todavía estoy trabajando”, bromea. Así fue como consiguió vivir arriba de uno de los mejores bares de Nueva York, del que hoy es dueño. 

Hoy en día el barrio se convirtió en Downtown, hay nuevos condominios, los estudios de Disney y el edificio de Google, que fueron construidos durante la pandemia. Se convirtió en un barrio popular para las productoras y las compañías de software, principalmente. 

Como consecuencia de la pandemia.

Ear Inn permaneció cerrado por un año, pero, aún así, siempre encuentra la forma de recuperarse. Hay un lindo mix de gente, Richard dice que es como “una pequeña comunidad”, porque está alejado de East Village, de Brooklyn y de Uptown.

En Nueva York hay mucho recambio —los vecinos cambian cada 10 años— pero este bar se mantiene intacto, con la misma gente: marineros, artistas, obreros, y turistas, entre otros.

Por último, Richard nos cuenta algunas curiosidades sobre Ear Inn. Por ejemplo, que había juegos de poker a la noche, secretos, al estilo “speak-easy” en los cuales han jugado con nada más y nada menos que John Lennon, Yoko Ono y Salvador Dalí.

También relata la presencia de espíritus en el departamento en el que vive, donde varios huéspedes han reportado visitas paranormales.

De hecho, esto dió pie a la creación de una película que se puede encontrar en YouTube y que años después inspiró la historia de “Ghost”, con Demi Moore. También hay algunos fantasmas amistosos que se sabe que han aparecido, como «Mickey«, que ha estado esperando pacientemente a que su clipper llegue al puerto durante los últimos cien años.

En la actualidad, la casa adosada de estilo federal de dos pisos y medio permanece prácticamente intacta, lo que agrega una sensibilidad pintoresca al vecindario industrial y moderno. El Ear Inn no es solo un bar. Es un lugar para que los creativos combinen fuerzas, para que los amigos se pongan al día, para que las familias cenen y para que las personas prosperen.

Los propietarios y empleados son los cuidadores modernos de una institución vibrante e histórica. El mismo fue declarado de interés cultural por la ciudad. Tomá una cerveza, come una hamburguesa y empapate de la energía única en The Ear Inn.

Nota y PH: Cristian Altamirano.

http://www.theearinn.com/

 

 

 

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